“Más de 30.000 españoles han perdido el carné de conducir dos veces”

Aprovechando un paréntesis en sus distintas visitas, María Seguí tuvo tiempo ayer de atender a El Faro. Definida por el propio ministro del Interior como “una gran especialista en Seguridad Vial”, tiene muy claro cuáles son los objetivos que tiene a lo largo de la presente legislatura y posee una virtud por encima de todas, y es que habla muy claro.
–¿Cómo está ahora mismo el estado de salud del tráfico en nuestro país?
–En muy buen estado y mejorando. Hace unos días presentábamos los datos consolidados del 2013, que representan toda la siniestralidad en el entorno urbano y en el entorno de carreteras y somos el quinto país mejor del mundo. Solamente Suecia, Reino Unido, Holanda y Dinamarca están mejor que nosotros. Su cifra de fallecidos por millón de habitantes es entre veintiocho y treinta y dos personas y la nuestra es de treinta y seis. Vuelvo a decir que la salud es buena, pero que ello no quiere decir que no deseemos que sea mejor y que lleguemos por lo menos a las cifras suecas y en ello trabajamos todos los días.
–Hace unos años los especialistas achacaban gran parte de los accidentes al mal estado de las redes viarias. En los últimos años, al menos en ese aspecto, hemos mejorado mucho…
–El tráfico son tres grandes tareas: infraestructuras, tráfico y personas. En esta última década las mejoras en infraestructuras han sido notable y ello ha tenido un impacto en la mejora de los datos de siniestralidad.
–¿Y qué sucede con nuestro parque de vehículos?
–Nuestro parque de vehículos desde el año 2007 presenta un envejecimiento progresivo. Si se renovara razonablemente debería tener un envejecimiento cero. Tenemos ese envejecimiento de casi cuatro años.
–¿La causa puede ser la crisis económica?
–Puede ser, pero también por un gran desconocimiento por parte de la población, que si bien en otras tecnologías es completamente consciente de la evolución, porque a nadie se le ocurriría hoy en día utilizar móviles de hace diez o quince años, sin embargo, en el vehículo hemos ignorado que es una industria que ha evolucionado. Un coche de hoy, comparado con uno de hace diez años, aunque sea la misma marca o el mismo modelo, sería mucho más seguro, reduciendo la probabilidad de muerte o heridas graves en un veinte o veinticinco por ciento. Pensamos que si nuestro coche está bien mantenido y ha pasado la ITV, mi coche está bien, pues no. Estará bien mecánicamente, pero se están perdiendo las ventajas que te ofrece un vehículo más nuevo en cuanto a seguridad activa y seguridad pasiva. El envejecimiento tiene dos problemas, por un lado, perdemos la oportunidad de utilizar vehículos más modernos y por ende, más seguros, pero, por otro lado, también nos encontramos con coches que aún siendo viejos tampoco están bien mantenidos. Hasta un seis por ciento de los vehículos que circulan por carretera, estamos detectando, que no tienen la ITV actualizada e incluso la ITV negativa. Ante esa mejora en las infraestructuras debemos destacar ese empeoramiento en el parque de vehículos.
–Ha hablado de tres tareas. Nos queda hablar de las personas.
–Tenemos una población donde cada vez la esperanza de vida es más grande y ello significa que conducimos durante más tiempo, porque contamos con una vida activa de cara a la calle más prolongada. Ello significa que nos hacemos más mayores y con más exposición a la siniestralidad. Lo que estamos viendo es que las víctimas van avanzando en edad y la mayoría de las víctimas mortales superan los cuarenta y cinco años, casi un cincuenta por ciento. Y en relación a las personas con heridas graves más aún. Todo ello es un factor de riesgo para el tráfico.
–¿Por errores de los propios conductores se pueden reducir mucho más el número de accidentes?
–Tenemos una herramienta en nuestras manos que es totalmente gratuita. Si hoy, toda la población española dejara de sentarse detrás de un volante con niveles de alcohol por encima de los legales y cero en drogas como cocaína o cannabis, de aquí a un año tendríamos mil fallecidos menos. Si no lo hacemos voluntariamente será a base de las sanciones que impongan las diferentes policías locales, autonómicas o la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Es el factor número uno actualmente.
–¿Hay algún tipo de fórmula, salvo la punitiva, para reducir este número de muertes por conducir por encima de las tasas de alcohol permitidas o bajo los efectos de drogas?
–Si las superamos las estaríamos aplicando. En el contexto social donde nos movemos, el consumo de drogas es muy abundante. Estamos intentando enviar un mensaje en un entorno que es poco receptivo. De todas maneras, tengo esperanzas, porque en el caso de consumo de alcohol, en España, hace diez o veinte años, las tasas eran mucho más elevadas y ahora se han reducido, aunque no se han eliminado. En cambio hemos conseguido disociar y hoy en día el noventa y siete por ciento de los conductores ya sabe que detrás del volante no puede ponerse si ha consumido alcohol. Hay consumo poblacional de alcohol, pero cuando llega el momento de coger el coche, no lo pensamos. Pues ese mismo objetivos debemos conseguirlo en el mundo de las drogas.
–Antes me daba unas cifras en cuanto a que somos el quinto país el mundo con menor relación entre número de habitantes y fallecidos en accidente de tráfico. ¿Cómo estamos en el apartado de fallecidos o accidentados pero por el caso concreto de consumo de drogas?
–Muy mal, es nuestro principal factor de riesgo de componente humano. España está desgraciadamente entre las primeras posiciones en el consumo social de droga y eso lo viene reflejando el Plan Nacional de Drogas. En materia de conducción bajo los efectos de las drogas o en materia de consumo de drogas estamos en una posición muy elevada, solamente detrás del Reino Unido. En numerosos foros especializados, cuando presentamos estos datos les cuesta trabajo creernos.
–¿Es buena la enseñanza de la conducción que se imparte en nuestro país?
–Salen mejor preparados sin duda. Eso se refleja en que se va rebajando la siniestralidad entre los jóvenes y afortunadamente podemos constatar que se ve año tras año. Los conductores jóvenes salen mejor preparados que hace veinte años y tienen menos accidentes. Ese cambio de la metodología da sus frutos.
–¿El carné por puntos ha dado los resultados apetecidos?
–Es una herramienta no es un fin. Nos ha permitido, en primer lugar, sensibilizar en que el carné de conducir no es un derecho, es un privilegio que adquieres y si demuestras con tus actos que no está utilizandolo adecuadamente se te puede revocar. Luego, ha permitido durante los ocho años que llevamos con este sistema clasificar a la población de conductores. El grueso de la población no ha perdido ningún punto. Existen treinta mil personas en nuestro país que han perdido ya el carné completo en dos ocasiones. Aquel señor que haya perdido ya en dos ocasiones el carné vamos a tener que pensar una nueva estrategia de educación vial. Y en tercer lugar, si bien es cierto que la sanción la impone el policía local, el autonómico o la Agrupación de Tráfico, y en muchas ocasiones la Dirección General de Tráfico la desconoce, porque la tramita la propia autoridad que la impone, el tema de los puntos nos lo tienen que reportar. De ahí que podamos analizar las políticas de vigilancia de tráfico de las diferentes policías y vemos como difieren las unas de las otras. Ello nos permite ir a las Alcaldías donde vemos que la seguridad vial no está avanzando adecuadamente y hablar de esa falta de vigilancia.
–¿Hay problemas del tráfico en Ceuta que se pueden resolver desde la Dirección General?
–Ceuta, pese a ser un territorio, es fundamentalmente una ciudad. Un entorno urbano y hasta en la nacional que tienen, el límite de velocidad es mínimo. No es un problema de exceso de velocidades. Estamos embarcados en la tarea de reunirnos con todos los alcaldes de España para analizar el tema de la movilidad y seguridad vial en sus ciudades.
–Una de las reivindicaciones históricas de las autoescuelas de Ceuta es contar con una pista que no sea del Ministerio de Defensa.
–Sinceramente no pensamos que sea un problema de verdad porque la colaboración siempre ha sido buena y fructífera y ha funcionado. Además, nos encontramos en unos momentos donde debemos ser cautos y ver donde invertimos nuestros recursos económicos. Entiendo que hay muchas más cosas que la Dirección General de Tráfico puede hacer por la ciudadanía de Ceuta que crear otras pistas.

La directora general es una experta en el tema de la Seguridad Vial

María Seguí Gómez (Barcelona, España, 4 de septiembre de 1967) es la actual directora de la Dirección General de Tráfico. Sustituyó en el cargo a Pere Navarro Olivella en febrero de 2012. Es licenciada en Medicina y Cirugía General por la Universidad de Barcelona, donde posteriormente también realizó un máster en Salud Pública. Posee también máster y doctorado en Ciencias en Política Sanitaria por la Universidad de Harvard. Precisamente, su tesid doctoral estuvo basada en las discusiones que se produjeron en el Congreso de Estados Unidos por la utilización de los airbag en los vehículos.  Ejerció de profesora titular en la Universidad de Navarra, donde presidía el European Center for Injury Prevention hasta que a finales de 2011 fue nombrada directora general de Salud Pública, Drogodependencia y Consumo por la presidenta de Castilla-La Mancha.
Tenía por delante una labor difícil, porque sustituía a un director general de Tráfico que como señaló en su momento el mismo ministro del  Interior, Jorge Fernández Díaz, había hecho una labor encomiable y que presentaba unos resultados de descenso de la siniestralidad verdaderamente espectaculares. Predijo Fernández Díaz que María Seguí seguiría la misma estela y es cierto este punto, porque igualmente está consiguiendo buenos resultados como demuestran las propias estadísticas.