Poner medidas antes de la que situación empeore, prevenir, como dice el refrán, antes que lamentar. Esa es la pretensión de la Asociación Española de la Guardia Civil -AEGC- ante la llegada de un verano en el que se prevé un incremento de la presión migratoria y un negocio de los traficantes que explotan a las personas, que comercian con ellas.
No se puede permitir llegar al nivel de presión y de riesgo que se vivió el pasado verano. Un nivel que fue cortado con una operación que, si bien ayudó a controlar lo que pasaba, llegó tarde.
AEGC reclama la permanencia fija del Servicio Marítimo en las dos bahías como forma más eficaz de evitar la entrada constante así como la salida de motos de agua y phantom cargadas de inmigrantes.
Al menos una vigilancia permanente genera rechazo, y eso es precisamente lo que se persigue con esta petición de la entidad a la que suma un refuerzo en las medidas dirigidas, por ejemplo, contra las pateras de pescadores marroquíes que cruzan a Ceuta para todo menos para pescar.
Está demostrado, porque de hecho ha habido varias detenciones, que se intenta camuflar su entrada con la ocultación de inmigrantes que son abandonados en puntos como el Sarchal y la Potabilizadora.
A todo ello se añade lo que es, sin duda, lo más relevante de todo: investigar el patrimonio de estos traficantes para hacerles daño en donde más duele: sus fortunas.
Con los narcos se ha conseguido mermar muchos de esos negocios, en el ámbito de la protección de las vidas de seres humanos que son tratados como mera mercancía no debe caber duda alguna. Hay que actuar con todos los recuros legales disponibles.