El director provincial del Ministerio de
Educación y Formación Profesional,
Javier Martínez, tiene muy claro que pertenece a una estructura de un gobierno socialista con el que comulga, pero también tiene muy claro que es una persona a la que no le duelen prendas de defender, por encima de todo, los intereses de la Educación de Ceuta, incluso resultando incómodo para los intereses del departamento ministerial.
Entre sus muchas reivindicaciones a lo largo del año y algunos meses que lleva en el cargo está la necesidad de descentralizar en muchos aspectos la Educación, porque, desde su punto de vista, no se puede continuar tomando todas las decisiones en Madrid y que las Direcciones Provinciales sean simplemente una correa de transmisión.
Entiende que necesitan de una mayor autonomía porque está convencido de que con ello mejorará la propia situación educativa en esta tierra. Y una de esas peticiones se centra en la necesidad de contar con fondos económicos para la realización de distintas acciones que se demandan, muchas veces, con carácter de urgencia y que se eternizan cuando se debe solicitar a Madrid y esperar la aprobación de un presupuesto determinado.
Es partidario de contar con unas partidas, aunque sean limitadas, para lograr solucionar problemas que muchas veces se producen en los centros escolares y que se alargan varios meses al tener que intervenir directamente con Madrid.
Hace pocos días reconocía que la Administración educativa está en manos de un Ministerio que tiene que pensar ya si quiere seguir centralizando todas las competencias o dejar que las Direcciones Provinciales de Ceuta y Melilla, desde la cercanía, resuelvan los problemas. Es un tema en el que ha machacado a lo largo de los últimos meses y hace una semana volvió a reiterarlo nuevamente por escrito.
Por supuesto, no se está refiriendo a la construcción de un colegio, ya que reconoce que esa competencia debe recaer, como no podía ser de otra manera, en la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos. Pero igualmente afirma que no puede ser es que no tengan competencias para arreglar una gotera o una cubierta que está mal. Ha llegado a reconocer que no tardan meses, sino hasta años en poder solucionar ese tipo de problemas.
Pero es un problema que también lo tienen en el apartado de personal. Al menos en el tema de los docentes han podido ya encontrar una fórmula que permita cierta rapidez en las sustituciones, pero no sucede lo mismo con los funcionarios de Administración y Servicios donde se eternizan esos permisos. Y también nos vamos a la implantación de proyectos y programas que sigue absolutamente en manos de Madrid y donde no se tiene en cuenta la opinión que se tiene en Ceuta.
En el fondo lo que quiere es capacidad para intervenir en el sistema educativo ceutí, para introducir programas de mejora, para dedicar recursos a la sociedad con un estatus socioeconómico muy por debajo de la media nacional, con un 49% en riesgo de exclusión. En la entrevista publicada el pasado viernes decía que “no basta con que me digan que tengo los mismos profesores que Andalucía, Galicia o Castilla y León porque mi realidad es otra y hay que afrontarla con otros argumentos y otros recursos. Quien sabe mejor lo que se necesita es quien vive la realidad día a día: el Servicio de Inspección visita los centros, la Unidad de Programas ve las necesidades de formación del profesorado... Que nos den competencias para afrontar las dificultades de la ciudad, que son muchas”.