Las relaciones hispanomarroquíes siempre han dejado en el aire los debidos posicionamientos que debe haber en asuntos considerados de Estado, como es el caso de la inmigración o el narcotráfico. La falta de claridad en las formas de abordar estas problemáticas hace que se pase por alto situaciones como las que ahora se suceden. Primero, la inmigración. Desde hace más de un año no existe colaboración con la Benemérita. Las devoluciones de inmigrantes que intentan entrar por vía marítima son inexistentes y a eso cabe sumar la ausencia total de vigilancia. ¿El resultado? Un descontrol absoluto que provoca que decenas de inmigrantes se jueguen la vida a diario intentando cruzar al otro lado convirtiéndose en marionetas de un sistema que se refiere a ellos como cifras no como personas.
Más allá de la inmigración, el narcotráfico. Marruecos recibe medios económicos para hacer frente a una lucha constante, se supone, contra la salida de hachís. Esa lectura se queda sobre el papel, puesto que a la difusión de quemas de plantaciones y arrestos de narcos, se añade otra realidad: la de la connivencia de las instituciones para favorecer que el negocio siga adelante. ¿Colaboración? Ahí tienen sin ir más lejos la portada de este medio de ayer: a la Guardia Civil se le escapa una zodiac con narcos, ¿dónde está la otra parte del dispositivo de control? En ningún lado: los elementos, tras la descarga del hachís, se ocultan en su refugio, al igual que lo han hecho en otras ocasiones en Gibraltar. Si la patrullera hubiera invadido otras aguas, haciendo sencillamente lo que Marruecos practica a diario, ahora estaríamos contando la historia de varios guardias civiles detenidos en una cárcel marroquí mientras el delegado del Gobierno y el teniente coronel buscan la manera de liberarlos.
Marruecos aborda ‘sus’ problemas a ‘su’ estilo, haciendo la interpretación que quiere hacer de los problemas internacionales y presentándose ante la UE como quiere. Los demás países se lo permiten, siempre poniendo por delante lo que, se supone, es mejor para mantener esa conciliación.