Caos absoluto en Ceuta.
Si todavía la ministra de Asuntos Exteriores no se entera de cómo presiona Marruecos, este se lo está demostrando a costa de permitir la entrada de cientos de personas a nado por los dos espigones. La situación es de auténtico bochorno: unas cien personas han conseguido entrar a nado y después a la carrera por el
espigón del Tarajal.
Son escenas de auténtica locura, de dejación absoluta y de olvido. Y a todo esto la ministra de Exteriores niega que el vecino país esté ejerciendo una presión.
Se están produciendo constantes entradas a la carrera. A los entorno a cien que entraron a la carrera le han seguido más tanto por este espigón del Tarajal, como por el de Benzú. Es un auténtico efecto llamada. Cada vez son más las personas que entran la carrera. Las fuerzas de seguridad se ven desbordadas e imposibilitadas, esto ha provocado de que haya grupos de inmigrantes que nada más cruzar los espigones echen a correr tanto en Benzú como el Tarajal camino al Príncipe. Es un claro efecto llamada.
Hablar de cifras ahora es inútil. Vamos por casi 900 entradas en lo que va de jornada, y conforme pasan las horas se van produciendo más entradas. La ciudad se está desbordando porque ni siquiera la nave del Tarajal tiene ya capacidad para acoger a todos los que están llegando. ¿Y cuántos más? Las fuerzas de seguridad están atónitas. Ahora mismo todo el que quiere entrar en Ceuta lo puede hacer. Nadie le para. Y el Gobierno de España está vendiendo que hay tranquilidad en la ciudad cuando es completamente falso.
La dejación de funciones es un hecho. La postura del vecino país, su amenaza se ha cumplido y se está demostrando desde esta madrugada, cuando comenzaron las entradas.
Marruecos está permitiendo que sus nacionales arriesguen la vida y lo está haciendo mirando a otro lado. En los primeros momentos de la entrada multitudinaria por el espigón del Tarajal, los agentes del Instituto Armado han reunido a todas las personas que han bordeado las rocas junto al vallado fronterizo. Los guardias civiles han recibido a los marroquíes que, en algunos casos, han entrado en solitario y otras veces en grupo. Tras congregar a todos los inmigrantes, estos han sido dirigidos hacia la nave situada en los polígonos del Tarajal.