El gobierno marroquí ha comenzado los preparativos para la Operación Paso del Estrecho (OPE), que en Marruecos se denomina Operación Marhaba, después de su interrupción histórica el pasado año para evitar la propagación del coronavirus.
La pasada semana, la Dirección de la Marina Mercante marroquí pidió a las compañías navieras que operan líneas entre las dos orillas del Estrecho de Gibraltar que presentasen su "plan de flota en el marco de los preparativos para la próxima Operación Marhaba", según un documento emitido por ese organismo.
Oficialmente, no se ha comunicado todavía ninguna decisión sobre la OPE, ni desde España ni desde Marruecos, ya que estas primeras coordinaciones transcurren a nivel técnico y logístico, como confirmaron dos distintas fuentes del sector de transportes. De desarrollarse la Operación Marhaba en 2021, los pasajeros y vehículos podrían optar por embarcar en Algeciras en dirección a Tánger o bien a Ceuta si la frontera del Tarajal se abre en próximas fechas.
A nivel político, todavía no ha habido reuniones de instancias gubernamentales de los dos países, según dijeron fuentes gubernamentales españolas, aunque es cierto que en otros años suelen celebrarse en fechas posteriores.
La Operación Paso del Estrecho representa el mayor movimiento de personas y vehículos del mundo entre dos continentes: en su última edición, en 2019, cruzaron el estrecho 3.340.045 pasajeros y 760.215 vehículos en sus fases de salida y retorno.
Ese movimiento de personas no solo propicia reencuentros familiares, sino que es un gran dinamizador económico en Marruecos, pues sus emigrantes residentes en Europa, que forman el grueso de la operación, dejan una enorme cantidad de divisas en los tres meses (15 junio-15 de septiembre) en que se desarrolla.
Cuando el verano pasado el gobierno marroquí, tras varios meses de incertidumbre, anunció que daba por anulada la OPE, mantuvo sin embargo abiertas algunas líneas marítimas de pasajeros con Europa, concretamente desde Sète (Francia) y Génova (Italia), ambas con destino a Tánger.
Los barcos que cubrían esos trayectos tuvieron que ser equipados con laboratorios a bordo para poder realizar tests PCR que permitiesen aislar a los pasajeros que dieran positivo a su llegada a Marruecos, un país que ha podido controlar con éxito la propagación del virus gracias a las restricciones de movimiento.
Pero para trayectos cortos como son los que unen Algeciras con Tánger, no es factible equipar los barcos con laboratorios que no tendrían tiempo para examinar a todos los pasajeros, por lo que se barajan otras medidas sanitarias, como la presentación de carnets de vacunación por parte de los pasajeros.
Actualmente, es obligatorio para entrar en Marruecos la presentación de un test PCR con una validez de 72 horas, además de una reserva de hotel; pero además, el país magrebí tiene cerradas sus fronteras terrestres y sus cielos con más de cuarenta países "hasta nueva orden".
Las navieras que transitan por el Estrecho no han dejado de hacerlo en ningún momento pese al cierre de fronteras: primero, han continuado transportando mercancías y vehículos en ambas direcciones, lo que ha permitido que no se rompa la cadena de distribución entre Marruecos y Europa.
Pero además, compañías como Balearia y Transmediterránea han fletado numerosos "barcos de repatriación" (Balearia ya ha realizado 58 de estos viajes) desde que en mayo pasado el gobierno marroquí los autorizase con estrictas condiciones y en un solo sentido: de Marruecos hacia Europa, ya que deben llegar vacíos a Tánger.
Para subir en estos barcos de repatriación (los ha habido a Algeciras, principalmente, pero también a puertos franceses) hay que tener nacionalidad europea o ser residente en la UE y presentar un test PCR, mientras que los vehículos solo son admitidos si tienen matrícula europea o diplomática, quedando excluidas las matrículas marroquíes y por ende los viajes con propósitos turísticos.
Si finalmente se anuncia oficialmente la OPE, los barcos tendrán que relajar las condiciones de acceso; por ejemplo, admitir pasajeros en ambos sentidos, así como vehículos con cualquier matrícula, haciendo posible además que un visado Schengen (que ahora no se expiden) sirva como documento de viaje.
En cualquier caso, fuentes de las navieras son claras: "Tenemos la capacidad logística y las rutas 'engrasadas', solo nos falta una señal política para comenzar a embarcar pasajeros", dice uno de sus responsables que pide no ser citado.
Bastaría -concluye un colega suyo- con duplicar la frecuencia de los barcos entre Algeciras y Tánger, algo perfectamente factible, para llegar a las cifras que se necesitan para una OPE óptima.
Quedan todavía dos meses por delante, en los que el comportamiento del COVID-19 y de las campañas de vacunación serán esenciales. La voluntad política de retomar la OPE parece clara.
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