Agentes marroquíes interceptaron ayer una patera de pesca ocupada por siete subsaharianos que partía de las costas del vecino país en dirección a Ceuta. La Guardia Civil detectó la embarcación pero no fue necesaria su actuación ya que al encontrarse en la zona marroquí intervinieron los agentes competentes.
Esta fue la única intervención en el ámbito migratorio que se produjo en el día de ayer, una jornada en la que no se produjeron entradas a pesar de la presión que existe al otro lado de la valla, con asentamientos conformados por personas que viven en condiciones limitadas, confiando únicamente en la posibilidad del pase a la ciudad autónoma.
La supervivencia de los subsaharianos al otro lado es complicada, más aún tras los picos de tensión que han vuelto a registrarse en barrios como el de Bujalef, en Tánger, en donde se vivieron enfrentamientos entre marroquíes y subsaharianos, reviviéndose los episodios que el verano pasado terminaron con detenciones masivas de sin papeles e incluso alguna muerte.
Tal y como han difundido las agencias de información así como las oenegés que trabajan en la zona, en esta ocasión los choques se desencadenaron cuando un grupo de propietarios marroquíes de apartamentos intentaron desalojar a algunos subsaharianos de sus viviendas.
Los dueños de los apartamentos acusaron a los subsaharianos de “ocupar ilegalmente” sus viviendas. La pelea degeneró en enfrentamientos entre las dos partes que se lanzaron piedras rompiendo vidrios de varios vehículos antes de que las autoridades locales interviniesen para calmar la situación.
Ninguna fuente oficial se pronunció hasta el momento sobre el incidente, que fue recogido por varios medios locales.