El Gobierno de Marruecos ha facilitado el retorno hasta ayer de 84.449 turistas que estaban bloqueados en este país en 532 vuelos extraordinarios de repatriación, según dijeron a Efe fuentes diplomáticas, pero al mismo tiempo impide el regreso de 27.850 compatriotas distribuidos por todo el mundo.
La explicación ofrecida por las autoridades tiene que ver con las estrictas medidas de protección sanitaria, que han permitido que Marruecos tenga hasta ayer unas cifras bajas de coronavirus: 6.226 contagios hasta el día de ayer y 188 fallecimientos, con una curva muy lenta de crecimiento.
El pasado 15 de marzo, Marruecos cerró su espacio aéreo para los vuelos comerciales internacionales, tanto para la salida como para la entrada, y la medida sorprendió a decenas de miles de personas que se encontraban en viajes de turismo, visitas familiares o negocios.
Discretamente, el país puso en marcha un sistema de vuelos de repatriación hacia el exterior desde únicamente dos aeropuertos (Casablanca y Marrakech), que el gobierno nunca hizo público para evitar el "efecto llamada" y las aglomeraciones en los aeropuertos.
El 22 de marzo, Marruecos anunció que se ponía fin a lo que se llamó "dispositivo especial", pero la realidad es que los aviones continuaron saliendo a un ritmo sostenido: según dijeron a Efe fuentes del aeropuerto de Casablanca, los vuelos, pese a su carácter excepcional, salen "prácticamente todos los días", y a veces hay dos o más diarios, como el pasado 7 de mayo, en que despegó un avión a Madrid y otro a Bruselas.
Según el recuento realizado por Efe a través de las distintas embajadas en Rabat -algunas de ellas con información disponible en sus redes sociales-, el país que más vuelos ha organizado ha sido Francia, con al menos 160 aviones de Air France que han permitido a cerca de 29.000 franceses regresar a su país.
La embajada del Reino Unido ha fletado 55 aviones que han trasladado a 9.000 personas, un 80% británicos, aunque también se encontraban entre ellos australianos y ciudadanos de países sin conexión directa con Marruecos, explicaron a Efe fuentes de la embajada.
Por su parte, Estados Unidos fletó trece aviones para transportar a 2.000 ciudadanos, mientras que Canadá organizó otros tres para transportar a 1.300 -más otros 950 canadienses que volaron a otros destinos antes de llegar a su país- y Holanda hizo lo propio con otros tres donde viajaron 900 pasajeros.
Otros países cuyas embajadas han fletado aviones han sido Rusia (para trasladar a 463 personas), Kuwait (400 personas), España (360), Turquía (277), Brasil (203), Túnez (157) Egipto (98), Emiratos Árabes (57) y Catar (80 viajeros), además de Alemania y Bégica, que no ofrecieron sus datos.
Todos estos vuelos han sido negociados uno por uno con el ministerio de Exteriores marroquí, que ha puesto como condición que estos llamados "aviones humanitarios" lleguen vacíos a Marruecos como medida de precaución sanitaria.
Ha habido también dos salidas extraordinarias de ferries desde el puerto de Tanger Med, hacia los puertos de Sète (Francia) y Génova (Italia) mientras que las fronteras con Ceuta y Melilla abrieron también de forma excepcional los últimos días de marzo y permitieron la salida de 9.500 españoles y varias decenas de otras nacionalidades.
El ministerio de Exteriores ha sido "comprensivo" con el caso de nacionalidades sin conexiones directas con Marruecos, y así ha permitido que algunos vuelos incluyan a pasajeros de países vecinos o aliados, como el caso de los británicos (que transportaron a australianos), canadienses (que llevaron a mexicanos), brasileños (que llevaron a ciudadanos del Mercosur) o rusos, quienes también transportaron a viajeros de otras nacionalidades.
Más problemático ha sido el caso de los marroquíes residentes en el extranjero que estaban de visita en su país de origen y trataron de regresar a sus hogares: en las primeras semanas, las embajadas dieron por lo general prioridad a los nacionales de cada país, con el argumento de que una persona de origen marroquí tiene más vínculos que un turista y puede por ende alojarse con su familia.
Posteriormente, los vuelos admitieron también a los residentes en cada país, con criterios de urgencia como la reagrupación familiar, el seguimiento de tratamientos médicos complejos o el riesgo de pérdida de empleo.
Esta misma semana los "vuelos humanitarios" van a continuar, y ya hay programados despegues hacia Francia, Bélgica y Tailandia.
El calvario de los marroquíes en el exterior
Mientras que el ministerio marroquí de Exteriores ha ofrecido toda la cooperación necesaria para organizar esos vuelos, ha mantenido una cerrazón absoluta con sus propios nacionales a los que el cierre de fronteras sorprendió lejos de sus casas, desde México hasta Rusia.
Hay marroquíes varados en Ucrania, República Dominicana, Senegal, Turquía, España o Estados Unidos, y su número parece que no deja de crecer: si el 23 de abril el ministro de Exteriores, Naser Burita, reconoció ante el parlamento que había 22.500 casos, el primer ministro Saadedín Otmani elevó esa cifra la pasada semana hasta los 27.850.
Las embajadas marroquíes en el exterior han asistido a algunos de los más vulnerables pagándoles el alojamiento o las comidas, a veces con dinero en metálico, lo que no ha calmado los ánimos de los afectados, que reclaman sencillamente poder regresar a su país, aunque tengan que someterse a un periodo de cuarentena.
Han formado grupos de Whats App, han creado páginas de Facebook y han grabado un emotivo vídeo en Youtube titulado "Los olvidados de Marruecos" en el que estudiantes, madres con bebés o personas enfermas lamentan que su país haya tomado una medida tan drástica con sus ciudadanos cuando las repatriaciones han sido emprendidas desde todo el mundo.
Este grupo convocó ayer protestas ante los consulados marroquíes; sus participantes compartieron fotos de estas acciones ante los consulados de Estambul, Algeciras, Argel o París, ciudad donde los manifestantes fueron multados con 135 euros cada uno por saltarse el confinamiento, según relató a Efe una de las participantes.
Países árabes como Túnez Egipto, Argelia o Líbano, además de las monarquías petroleras del Golfo, han llevado a cabo operaciones de repatriación, por lo que Marruecos se ha convertido en una especie de excepción mundial.
Al menos el estado marroqui no ha discriminado a sus ciudadanos y a conseguido resguardar a su población del mal, aunque no haya permitido regresar a ninguno. El español si. Con sus leyes los dividió en cinco clases. Los ciudadanos de primera: las autoridades consulares. De segunda: los españoles de origen y residencia, funcionarios consulares incluidos. De tercera: los españoles de origen y residencia en Marruecos. De cuarta: los extrangeros nacionalizados y residentes en España. Y de quinta: los extrangeros sólo residentes en España. A los cuatro últimos los convirtió en la válvula de escape de la ira provocada por su incapacidad para combatir la pandemia. Por orden del gobierno, la embajada española en Rabat ha mantenido durante esta crisis una actitud institucional xenófoba a sabiendas, hasta que se han convertido en la vergüenza de las cancillerias de todo el mundo en Rabat. Como no dice el reportaje, les dio un portazo en las narices, cerrando las fronteras terrestres; y como bien dice, tan sólo ha repatriado a 350 turistas españoles por avión que se quedaron en el país, por 29.000 Francia, por poner un ejemplo, cuando es el primer país en visitantes al año, con más de 800.000 al año. Ahora parece que lo quiere remediar, pero con eso no basta. El estado español moderno se fraguó hace 500 años tras una larga guerra racista que condujo a la expulsión de moriscos, judios y gitanos.Y la vacuna contra ese virus aún está por llegar después de cinco siglos.
Es incomprensible la actuación del Gobierno Marroqui, ha dejado tirado a sus propios subditos, desamparados, en la calle, en la entrevista de estos días del primer ministro que se televiso a todo el país, el mandatario dio una imagen lamentable, no sabía que contestar, ese es un pelele sin personalidad y ha demostrado que en Marruecos el primer ministro tiene menos poder que un mejasni, claro y ROTUNDO, MARRUECOS no se sabe a que juega y la imagen que quire dar al exterior, pero la realidad es que ha dejado a su gente tirada
. Marruecos es un país de m***** ya que no puede darle la seguridaf a los que estan aqui, como va ayudar, a los que estan fuera., da igual el país donde están los marroquíes estarán mejor y seguros que aquí en Marruecos. No tenemos sanidad el gobierno nos está mintiendo dedeo salir de este pais
Que Marruecos impide el retorno a los suyos ,es un vocablo poco ortodoxo ,agrio y lejos de la ética del periodismo profesional ,pero que le vamos a hacer ,cuando bajo el manto del periodismo ,algunos nostalgicos de la epoca colonial se les escapa el perjuicio de moros y cristianos