Marruecos ha entrado hace dos semanas en la cuarta ola de contagios del coronavirus con un aumento de los casos de la variante ómicron, cuya propagación será la "más rápida" pero la "más corta" en el tiempo, según explicó este martes a Efe un responsable del Ministerio marroquí de Sanidad.
"Esta nueva ola será la más rápida en comparación con la anterior de la variante Delta, pero también será la más corta, que según nuestras estimaciones durará once semanas", dijo el coordinador del Centro Nacional de Operaciones de Urgencia de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad, Mouad Mrabet.
El pico de contagios se prevé para la semana del 17 al 23 de enero, precisó Mrabet, quien añadió que la evolución de la situación epidemiológica depende también del comportamiento de los ciudadanos y su respeto a las medidas de precaución.
El responsable marroquí señaló que se ha observado un aumento del 150 por ciento del número de casos semanales comparando la semana pasada (20-26 de diciembre) con la anterior (entre 13 y 19), lo que corresponde a una tasa de reproducción de 1,42.
"Este lunes se registraron 300 contagios, y es una cifra preocupante, ya que a principios de la semana se suele registrar pocos casos debido al número bajo de pruebas que se realizan durante el fin de semana", subrayó.
Mrabet también se refirió al ritmo de vacunación que desaceleró en las últimas semanas "pese a la oferta disponible y variada de vacunas y las facilidades que ofrece el Estado para animar a la gente a vacunarse", lamentó.
El responsable atribuye esta situación al comportamiento de los ciudadanos en los períodos entre las olas de contagios, en los que se nota más relajación en el respeto de las medidas barrera.
Más de 22,8 millones de marroquíes han recibido la segunda dosis de vacunación (más del 60 % de la población), y más de 2,7 millones se pusieron la tercera dosis.
La anterior ola de contagios en Marruecos se desarrolló el pasado verano a causa de la variante Delta cuando los contagios diarios no bajaban de los 1.000 casos, que supuso entonces una gran presión sobre el sistema sanitario del país y los servicios de reanimación.
El ministro de Sanidad marroquí, Jaled Ait Taleb, aseguró ayer en una comparecencia ante el Parlamento que su país "es capaz" de hacer frente a la propagación de la variante ómicron, y añadió que el sistema sanitario marroquí "sacó lecciones" de la pandemia y está ahora "más dispuesto" para adaptarse a las nuevas situaciones.
Para prevenir contra la nueva variante de ómicron el Gobierno de Marruecos decretó el pasado 29 de noviembre el cierre de sus fronteras, que mantendrá hasta el 31 de enero, y ha prohibido la organización de fiestas y programas especiales en hoteles, restaurantes y establecimientos turísticos durante la Nochevieja.