El ministro de Interior se ha remitido al trabajo de los abogados que firmaron los expedientes de devolución para defender la legalidad del operativo policial por el que se entregaron más de 100 inmigrantes a Marruecos en base a la recuperación del Acuerdo de Readmisión de 1992.
En la comparecencia, que ha tenido lugar en el Congreso de los Diputados, Fernando Grande-Marlaska ha defendido que aquella acción se llevó a cabo sin faltar a la legalidad. "No puedo dudar de la asistencia letrada y de los conocimientos de los que les asisten, mucho menos en Ceuta porque conocen el sitio mejor. Garantizaron -con su firma- que se les respetaron los derechos -a los inmigrantes-", ha declarado.
El ministro ha recordado que los subsaharianos fueron asistidos por tres intérpretes en todas las lenguas y por 12 letrados y que hubo una proporción de menos de 10 inmigrantes por letrado durante unas devoluciones que, a su juicio, se llevaron a cabo en un tiempo "más que razonable".
Los abogados afirmaron horas después de la noche del operativo que no estaban informados de que el objetivo era aplicar el Acuerdo de Readmisión con Marruecos, algo que permitió la devolución de los subsaharianos en menos de 24 horas. Ese desconocimiento fue clave en la estrategia de defensa establecida por los letrados, que han asegurado que hubieran actuado de forma distinta si lo hubieran sabido; algunos llegaron a establecer reuniones con sus clientes días más tarde en el CETI, buscando su mayor tranquilidad para tener una mejor entrevista.
Ione Belarra, diputada de Unidos Podemos, ha reproducido las declaraciones de la decana del Colegio de abogados de Ceuta en las que se refería a una "actuación precipitada" del Gobierno. El ministro de Interior se ha limitado a recordar el plazo de 72 horas establecido por la Ley de Extranjería para los expedientes de devolución; un tiempo que casi nunca se solía cumplir en Ceuta, entre otros motivos por la imposibilidad de que fueran devueltos a Marruecos, país que no aceptaba un convenio interrumpido en los últimos años y que nunca llegó a aplicarse con tal cantidad de personas en un mismo día.
El ministro de Interior ha querido recordar que la mayoría de los inmigrantes que llegan a España son pacíficos: "Los que atacan la valla son minorías". Además, ha recordado el perfil de los que lo intentan: hombres y, por tanto, "mucho más violentos". Según Marlaska "parece que, desgraciadamente, está en el ADN la violencia" y las víctimas de trata son "mujeres, porque es sexual" y "menores".
Marlaska ha manifestado que no ha habido "ningún pago" a Marruecos, el cual considera un país "muy serio", para que aceptase la devolución de los inmigrantes. Además, se ha remitido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que entre las solicitudes presentadas por las ONGs para denunciar a España por las devoluciones en caliente incluyó como causa de no admisión que Marruecos supusiera un peligro por "tratos inhumanos y degradantes". "Marruecos debe ser calificado por un país seguro", ha insistido.
De esta forma, el ministro de Interior ha basado su política migratoria en los principios de "humanidad, seguridad y solidaridad". Así, ha querido trasladar a los migrantes un mensaje de "violencia no" y a las mafias la idea de que "así -con entradas violentas- no se puede conseguir nada".
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