Solicita además que haya una patrulla fija policial discontinua por la zona
La asociación Marea Negra ha reclamado que se haga una evaluación de riesgo después de los incidentes ocasionados entre inmigrantes argelinos y subsaharianos que alcanzaron su mayor momento de presión en la tarde del domingo, en la que terminaron arrojándose piedras unos a otros alcanzando a vehículos que circulaban por la carretera y provocando que los ciudadanos que estaban en la playa tuvieran que escapar por miedo a sufrir alguna lesión. Seis residentes del CETI resultaron heridos y tuvieron que ser trasladados al Hospital.
“Sobre esa evaluación inicial habría que tomar después medidas. En un centro como el CETI que tiene capacidad para 512 personas y ahora tiene 800 hay que tomar medidas drásticas porque si no puede suceder cualquier tragedia. La primera que tiene que mover ficha es la empresa de seguridad, que tiene que llevar esa evaluación de riesgos a la Delegación del Gobierno”, explica el vicepresidente de la asociación, José Carbonell a El Faro.
A juicio de Marea Negra, entre esas medidas urgentes cabría el incremento de plantilla. “En vez de tener 9 vigilantes en turno de noche y mañana, debería ampliarse a 14 y de manera fija, no por necesidades de servicio. Además es necesario el material antidisturbio, cuando se llama a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ya ha podido ocurrir algo. Si tardan en subir porque tienen más trabajo en la ciudad, los vigilantes deben tener ese material. Un casco y un escudo para que en caso de que se cometan tumultos, los vigilantes pueden actuar, recibiendo además un curso de control de masas no teórico como se les ha dado sino práctico. Se tendrían que hacer simulacros para saber cómo actuar y no sobre un protocolo que está escrito, porque de ahí a la verdad hay un abismo. Los cursos de formación sobre este tema deben ser continuos”, insiste Carbonell.
Marea Negra insiste además en que urge la adopción de cambios en los seis o siete módulos que ocupan los residentes, ya que en caso de haber disturbios los internos pueden abrir las puertas de emergencia y salir a la calle. “Tienen que ser de cierre y apertura electrónica, esas puertas estarían así controladas por el personal de seguridad, sin tener que ir manualmente como ocurre ahora cuando hay problemas”, añade.
La asociación de vigilancia privada reclama además como medida que tiene que ponerse en marcha la ubicación de una patrulla de la Policía o de la Guardia Civil con estabilidad en la zona. “Al menos que esté de forma discontinua, que se pase cada media hora, que los propios internos vean que la seguridad esté reforzada”, apunta. Desde Marea Negra se reclama a la Delegación del Gobierno que en el concurso de seguridad privada que va a salir se incluya en los pliegos de condiciones del contrato estas medidas. Y todo ello, advierten, porque es un sistema de control clave para mantener el CETI.
La colocación de arcos de metales detectores en la entrada y antes de acceder a los módulos es, también, una reclamación de la asociación, al objeto de cambiarlo por el actual sistema de paleta detectora, que es “mucho más tedioso y menos efectivo”. “Esto sería fundamental, al margen de tener, insisto, una patrulla, que haya más fluidez entre la vigilancia privada y las fuerzas de seguridad del Estado. Si no van mejorando en esto, no se conseguirá nada. Ahora es el momento idóneo porque sale a concurso la vigilancia en el CETI y se debería tener en cuenta estos presupuestos”, puntualiza Carbonell.
En el CETI se registra ahora un pico de tensión debido a los enfrentamientos que ya han surgido entre los grupos de argelinos y cameruneses y que se llevan produciendo desde hace semanas. De hecho un número importante de subsaharianos de esta nacionalidad han sido expulsados del centro del Jaral.