Marco Abbondanza es el director del festival Sete Sóis Sete Luas, que llega un año más a Ceuta para hacer disfrutar al público con la música que traen sus artistas.
Como novedad, este año se celebrará en el Centro Cultural de la Estación del Ferrocarril en la noche del viernes y del sábado a partir de las 22.00 horas. También habrá una degustación gastronómica, todo hecho con productos halal.
¿Cómo se siente al volver un año más a Ceuta con este festival?
Ceuta ya es una de las ciudades históricas del Festival Sete Sóis Sete Luas, un festival que ya va por más de 30 ciudades de todo el Mediterráneo y del mundo de habla portuguesa. Pienso que Ceuta no podría ser una sede mejor por su multiculturalidad, su posición, su tolerancia por la cultura del diálogo, de la convivencia, por lo cual estamos encantados. Realmente la relación con la ciudad autónoma y con la Fundación Premio Convivencia es increíble.
¿Qué novedades presenta este año?
Realizaremos el festival en la nueva sede de la Fundación Premio Convivencia, en la antigua estación de Ferrocarril, una sede realmente muy interesante porque evoca viajes, puentes, relaciones, tal y como hace el festival.
Por ello, pienso que la Estación de Ferrocarril es una bellísima localización: partidas y llegadas, y en este caso tendremos partidas y llegadas de músicos y de músicas del Mediterráneo, con un programa muy variado y muy atractivo para el público ceutí. Tendremos dos noches de música con entrada libre.
"En este caso tendremos partidas y llegadas de músicos y de músicas del Mediterráneo"
También habrá una cita con la gastronomía...
Sí, lo enriqueceremos aún más con la presencia de una degustación de sabores de Croacia, de la región de Istria especialmente, con la joven chef Gaia Zek, que viene de la ciudad de Umago que está en la costa de Croacia, por lo cual también llevará sabores del Mediterráneo.
También estará una chef que aunque tenga solo 19 años, ya es muy conocida en toda Croacia porque llegó a las finales del Masterchef de allí, y por tanto ella preparará una degustación gratuita para todos los espectadores del festival antes de empezar la segunda noche, el 6 de julio.
También tendremos una parte de talleres para aquellos que estén interesados, que lo realizaremos con la chef ceutí María Vidal, que ha representado a Ceuta internacionalmente.
Este es un festival que se ha ido consolidando poco a poco a lo largo de todos los años. ¿Cuál es su esencia y la clave del éxito para mantenerse tantos años?
Yo diría antes de todo que es un festival que tiene en su relación con los artistas su pequeño secreto: relaciones humanas, de respeto, por lo que es un conjunto de buenas relaciones, de relaciones, como se diría hoy, no tóxicas.
Tenemos siempre artistas, músicos, que antes de ser como tales son amigos, que se han involucrado, que han viajado con nosotros, nos han ayudado y se ha creado una comunidad humana, solidaria, de simpatías, y pienso que esto es un proceso largo.
A nivel internacional ya llegamos a los 32 años del festival, un proceso largo. Imagina que el primer personaje que ha participado en este festival en 1993 fue José Saramago, el gran escritor portugués Premio Nobel, y él desde el primer momento tuvo con nosotros esta actitud humana de ayuda y nos regaló los derechos de un libro de él que aún no había sido traducido para Italia.
Todo este proceso viene de tantos años, realmente, se hace, se hizo y se hará siempre con base en los artistas, respetando a los artistas e intentando que siempre podamos abrir nuevos horizontes culturales a los músicos, a los pintores...
"Si hubiera más música habría menos guerras, menos conflictos y menos tensiones"
Porque es verdad que no hay mucha circulación, hay artistas muy conocidos en un país pero que no circulan en el otro, y entonces hemos creado este festival justamente para crear un público también que sea abierto al multiculturalismo, que no venga porque tiene la cabeza de cartel o el que va en televisión porque es muy conocido, sino como una programación de gran calidad donde realmente el arte es protagonista y donde los músicos tocan siempre con gran calidad. En el festival hay siempre calidad en el escenario.
¿Diría que la música es un puente que conecta a las personas?
Claro, yo pienso que es como un medicamento que debemos tomarlo con cantidades fuertes porque efectivamente la música es algo que favorece la convivencia, favorece la buena disposición de la gente, de las personas, y también, diría yo, la comprensión mutua.
Pienso que si hubiera más música habría menos guerras, menos conflictos, menos tensiones y a veces no valoramos como deberíamos el papel de las artes, el papel de la música y también el papel de los festivales, de los actos culturales, porque efectivamente son un gran anticuerpo a las tensiones.
Pienso que quien participa en una fiesta, sea yo marroquí o cristiano o judío, si participamos en una fiesta y nos divertimos todos juntos, nadie al día siguiente hará nada de malo a alguien, porque entendemos que somos todos seres humanos. Este realmente es el que está realmente por detrás del festival.
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