Manuel Sánchez Ordóñez, más conocido en Ceuta como ‘El Garrapiñada’, ya ocupa oficialmente su puesto en el Paseo de las Palmeras, donde estuvo gran parte de su vida vendiendo garrapiñadas a todos los caballas. Su estatua, que fue instalada la semana pasada, ha quedado inaugurada este jueves. En el acto estuvo presente el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y el consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé, y contó con la compañía de familiares –entre ellos su mujer- y vecinos de la figura ilustre de la vida ceutí.
Para su familia y amigos este momento es algo muy importante, ya que según ha contado su hijo, Manuel Sánchez, cuando ‘El Garrapiñada’ aún vivía, Juan Vivas le prometió que tendría su estatua en el Paseo de las Palmeras por su dedicación, el cariño y afecto que brindaba a todas las personas que se paraban para comprar. “Este es un momento maravilloso. Esto es digno de recordar. Mi padre se fue con la espinita clavada porque no pudo ver la promesa cumplida en vida, pero hoy se la ha podido quitar”, ha explicado el hijo de Manolo ‘El Garrapiñada’.
Además antes de que se realizara la estatua, Manuel le comentó al escultor una anécdota que su padre en vida contaba a todos sus allegados y que esbozaba la sonrisa a todos los que la escuchaban. Lo hizo para que al escultor, Antonio Romero Vallejo, le pudiera servir a modo de inspiración en su figura. “Le comenté al escultor una historia que contaba siempre mi padre de un gorrión que siempre se ponía todas las tardes a su lado, chirriándole para llamarle su atención y mi padre cogía una almendra la rompía en trocitos y se la daba y ya el gorrión alzaba su vuelo hasta el siguiente día. Esa historia se la conté al escultor y por eso le colocó ese gorrión”.
Por otra parte, Manuel Sánchez, hijo de ‘El Garrapiñada’, ha querido dejar claro que a su padre se le conocía verdaderamente así entre todos sus amigos y familiares y no como ‘El Almendrita’, ya que así solo lo llamaban los compañeros de trabajo para diferenciarlo de todos ellos. “Mi padre siempre ha sido conocido en Ceuta como Manolo ‘El Garrapiñada’, lo de Manolo ‘El Almendrita’ viene porque mi padre fue durante 38 años policía municipal y entre sus compañeros lo llamaban así”, ha afirmado Sánchez.
Para terminar el acto se repartieron garrapiñadas a todos los presentes. Además los familiares y vecinos que se dieron cita en el acto se fotografiaron junto a la estatua para tener un recuerdo de este día en el que Manolo ‘El Garrapiñada’ estará presente en un lugar donde se tiró muchísimos años de su vida.
La obra del artista ceutí Antonio Romero Vallejo está realizada en bronce con unas dimensiones de 1,20 x 1,00 metros de base de 1,30 m de altura. Con un plazo de ejecución de dos meses, el contrato fue formalizado el pasado mes de enero con un presupuesto total de 46.255 euros.
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