En mayo de 1931, un gran número de ceutíes – tal y como hemos leído en la prensa y muestra la foto de este reportaje- se dieron cita en el puerto para recibir a la representación Autonómica que viajó a Madrid. El alcalde Sánchez Prado encabezaba esta comisión, junto al teniente de alcalde Manuel Olivencia, y los concejales Sertorio Martínez, Sánchez Mula y Ruiz Medina.
Esta delegación se reunió con diferentes ministros con el fin de establecer las primeras pautas para la autogestión de la Ciudad. Hoy, tras más de ocho décadas, aquellos logros “autonomistas” nos parecerían simplonas y cándidas, pero en aquellos años era todo un logro, como tener un Delegado del Gobierno civil, luchar desde la ciudad contra el paro obrero, o no depender en temas administrativos de Cádiz y del Alto Comisario, en definitiva tener una autonomía económica, política y administrativa.
El Gobierno Provisional presidido por Azaña, estaba dando forma a la nueva Constitución Española, a escaso un mes de aquellas primeras reuniones, el 22 de mayo, se aprobó el articulo 8º donde daba la opción a nuestra ciudad de poder tener la prerrogativa de gestionar su futuro, en este capítulo se podía leer: “El Estado español, dentro de los limite irreductibles de su territorio actual, estará integrado por municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyan en régimen de autonomía. Los territorios de soberanía del norte de África se organizaran en régimen autónomo en relación directa con el Poder central.".
No todo fue un camino despejado, las ilusiones de los ceutíes, se cercenaron – al igual que nos pasa hoy en día, con la tan traída y llevada Transitoria Quinta- . El Gobierno el 16 de junio de 1931 decretó que la relativa autonomía administrativa y política que se obtuvo, quedaba reprobada, el polémico decreto decía: "Para todos los efectos políticos y militares, relativos a la acción de España, cooperaran a las ordenes del Alto Comisario las autoridades de los territorios de soberanía de Ceuta y Melilla. Aquel podrá, a tal efecto proponer las medidas que juzgue oportunas en los citados territorios, y deberá ser oído en todas las reforma que el Gobierno se proponga introducir en los mismos".
Con este decreto se volvía a tiempos de la dictadura de Primo de Rivera y se daba un paso atrás en las aspiraciones y esperanzas autonomistas. El Alcalde accidental, el socialista David Valverde, -Manuel Olivencia, está de viaje- al tener conocimiento del decreto convoca urgentemente un pleno municipal, para el 18 de junio. El primero en tomar la palabra fue el ex alcalde y concejal (hasta el 28 de junio no sería elegido Diputado) Republicano Radical-Socialista Sánchez-Prado, defensor a ultranza de la autonomía de la ciudad: “Con este decreto se le resta independencia política a la ciudad y depender de la Alta Comisaría es volver a la dictadura, Ceuta ha luchado por su autonomía económica, política y administrativa durante largo tiempo. Los ceutíes vieron logrado sus esfuerzos cuando en Mayo pasado se le concedió la autonomía, no puede regirnos el criterio, ni el capricho de ningún funcionario, si no las leyes del país, ya que el alcalde no debe estar bajo las ordenes del Alto Comisario, pido se levante la sesión en señal de protesta y se telegrafíe al Gobierno para que aclare la disposición".
Varios concejales toman la palabra apoyando las palabras de Sánchez Prado, en este mismo sentido, el impulsivo concejal Radical-Socialista y futuro miembro del Partido Comunista local, José Torres Gómez, va más lejos y expresa que todos los concejales deben presentar la dimisión y se organice una manifestación en señal de protesta. Los más conservadores, como Luis García ó Miguel Pulido, opinan que se debe esperar la contestación del Gobierno y la vuelta del Alcalde desde Madrid, antes de tomar alguna medida de presión. Tras un amplio debate acuerdan levantar la sesión en señal de protesta.
Una vez que Manuel Olivencia regresa, se reúne con los concejales, manifestándoles que se entrevistó con el Alto Comisario, el Ministro de la Guerra, Gobernación y de Estado, y todos le prometieron que la autonomía de Ceuta seria respetada. El Alcalde, logró tranquilizar los ánimos, comprometiéndose a continuar las conversaciones con el Ministro de la Gobernación. A los pocos días, se recibió un telegrama dirigido a la corporación municipal del Presidente del Gobierno Manuel Azaña, explicando que la relativa autonomía de Ceuta no será recortada.
Elecciones al Congreso
En junio de 1931 se convocan elecciones al Congreso de los Diputados. Obtuvo el acta de diputado el medico Antonio López Sánchez Prado. Se presentaría a estas elecciones bajo las siglas de su nueva formación política, partido Republicano Radical-Socialista, fruto de la escisión de la tendencia de izquierdas del Partido Republicano Radical, de ideología republicana de izquierdas, defensor de un estado laico, profundamente anticlerical, reformista en aspectos fiscales, agrarios y del Ejército. El presidente del partido en Ceuta, José Viñas, mantuvo varias reuniones en su sede, exponiéndole que debía ser el candidato dada su valía y que sería un gran representante de los valores republicanos y autonomistas en Madrid y continuar con los proyectos comenzados en la alcaldía, aceptando el ofrecimiento de su partido. Por su parte, el Partido Radical se reunió en su local de la calle Alférez Bayton para proclamar a su candidato, recayendo en Rafael Vegazo, quien fuera el primer delegado del Gobierno tras la llegada de la República. El PSOE, por su parte, apoyado por la UGT local, celebra una asamblea en la Casa del Pueblo. Tras varias horas de deliberación, el presidente del Centro Obrero, Sebastián Ordóñez, anunció que Conrado Lájara, presidente del partido, sería el candidato. Las elecciones se celebraron el 28 de junio con total normalidad, viéndose un gran ambiente en los colegios electorales, aunque no existió la animación que alcanzó la convocatoria de abril.
En 1931, una representación autonómica viajó a Madrid
Tras la proclamación de la Segunda República en Ceuta, la Conjunción Republicano Socialista, desea poner en marcha muchas mejoras para la ciudad, como no depender en asuntos administrativos de Cádiz, ni tampoco del Alto Comisario, conseguir un delegado del gobierno civil, luchar desde la ciudad contra el paro y en definitiva poder tener una modesta autonomía administrativa para poder solucionar los problemas desde este otro lado del Estrecho, sin tener que esperar a que lo decida Madrid.
Que Ceuta, al igual que Melilla, consiguieran ser consideradas como provincias, con su posible desarrollo autonomista, fue un tema muy debatido durante toda la tramitación de la Constitución Republicana Española. Habría que destacar la sesión del 22 de septiembre en el Congreso, donde el Diputado por Ceuta Sánchez Prado, subió al estrado: "… Como ustedes saben, el día 22 de mayo del corriente año, Ceuta y Melilla consiguieron la autonomía, antiguamente, estaban incorporadas unas veces al Protectorado y otras veces a Cádiz, cosa que no les convenía de ninguna manera. Cuando vino la República se aprovechó la ocasión para pedirlo y así se consiguió. Aprovecho este momento para defender la autonomía de ambas ciudades”.
Otro momento de debate autonómico tuvo lugar tras los preparativos de las elecciones que se avecinaban para noviembre de 1933. Para estos comicios Ceuta y Melilla, seguirán teniendo un representante en el Congreso de los Diputados, pero cuando se estaba llevando a cabo la discusión del dictamen sobre el proyecto para reformar la Ley Electoral, corrió serio peligro esta opción. El diputado Sánchez Prado, nuevamente tomo la palabra: "Señores diputados, suprimir las circunscripciones de Ceuta y Melilla sería tanto como haber perdido el tiempo, como haber tirado al suelo todos los trabajos que hemos realizado. Les recuerdo que el Gobierno Provisional de la República concedió a Ceuta y a Melilla la autonomía, estando sujetas al Poder Central. Esto significaba tanto como hacer dos nuevas provincias vergonzantes, pero, al fin y al cabo provincias. Luego llega la Constitución y en su Artículo 8º lo dice claro. “Los territorios de Soberanía del Norte de África se organizaran en régimen autónomo en relación con el poder central”. Yo creo, señores diputados, llegado el momento de que deslindemos lo que es una región autónoma. Si, en virtud de la constitución, se nos define ya como región autónoma y se dice que nos organicemos como tal, una manifestación de región autónoma es precisamente la diputación. ¿Cómo es posible que vayamos contra la Constitución?. De ninguna manera. Y si esta no es una razón suficiente, señores diputados, para inclinar vuestro animo a favor en la votación, que pienso pedir, tenéis que pensar, Ceuta no es Cádiz, ni Melilla es Málaga, Ceuta tiene problemas completamente distintos a Cádiz e igualmente le pasa en Melilla con Málaga. Nosotros somos la verdadera puerta de entrada en las relaciones con el protectorado, nuestro régimen es especial, ¿Esto no indica que son nulas las relaciones que nosotros podamos tener con Málaga o Cádiz?, Tendremos únicamente las de hermandad, las de Patria, pero nada mas, nosotros no tenemos relaciones de ninguna clase en las que haya intereses comunes. Yo creo que con estas palabras, mal dichas, como dichas por mí, os habréis convencido y votareis en la forma que es nuestro deseo, tanto de la minoría radical, como también de la minoría Radical- Socialista".
El Gobierno, presidido por el conservador Alejandro Lerroux, decreta en Julio de 1934, una serie de normas de subordinación de la Ciudad, éstas no sentaron nada bien entre los autonomistas ceutíes, y más cuando este asunto ya quedó aseverado en el decreto de mayo de 1931 y posteriormente en el articulo 8º de la Constitución, donde la Ciudad sólo dependería del poder central.
El 20 de julio de 1934, se celebra sesión municipal los Concejales de las minorías Socialista e Izquierda Republicana protestaron por el decreto, y decidieron tras un amplio debate presentar conjuntamente la dimisión. Y recordaron que en junio de 1931, ya se vivió una situación muy parecida. El Alcalde, Víctori Goñalons, del Partido Radical de Lerroux, indica que todavía no se tiene la certeza del decreto y habría que esperar a conocerlo. Por parte del Partido en el Gobierno toma la palabra Manuel Olivencia: "Hace mucho tiempo que en Ceuta existía el deseo de que se le concediera su autonomía. Se proclamó la República y una comisión de la que yo formaba parte, pedimos una Delegación del Gobierno que dependiese directamente de Madrid, y el entonces Ministro de la Gobernación, Maura, redactó el correspondiente decreto, que fue aprobado. El primer culpable de lo que sucede es el Ayuntamiento, por no haber redactado su estatuto y al no hacerlo se esta sujeto a cualquier acuerdo del Consejo de Ministros, expreso mi confianza de que la autonomía de Ceuta, no será mermada”.
Los portavoces de las distintas minorías Salvador Pulido por Izquierda Republicana y José Lendinez por el PSOE reiteran que la única salida es la dimisión de todos los concejales. Una vez que terminaron sus intervenciones abandonan el salón de plenos en señal de protesta los concejales Salvador Pulido, los socialistas José Lendinez, David Valverde, Pascual Abad, Antonio Becerra y el miembro del PCE Antonio Berrocal…
En estos primeros años de la II República se situaron las bases para futuras obras y mejoras en la ciudad, como la creación de una Escuela de Artes y Oficios, la escuela de Magisterio, la construcción de una nueva cárcel, la creación urgente de un Instituto de Segunda Enseñanza (actual Siete Colinas y Abyla) y el Colegio Lope de Vega, así cómo numerosas escuelas, el mercado de Abastos del Puente de la Almina, el campo municipal de Fútbol (actual Alfonso Murube) y las instituciones Diario El Faro de Ceuta, Radio Ceuta ó la Mutua de Ceuta, entre otros.
Pasado en la memoria
No hay duda de que en la II República se halla el origen del actual Estado de las Autonomías. Y también parece claro que el catalizador fue la solución del «problema catalán », a la que los líderes republicanos se habían comprometido en el Pacto de San Sebastián. Y hay que reconocer que los líderes republicanos lo cumplieron, y ofrecieron y defendieron un Estatuto, frente a una derecha que lo utilizó para reagruparse después del 14 de abril. En Ceuta en las primeras elecciones para el Congreso de los diputados de un censo de 9.358 personas con derecho al voto, lo ejercieron el 58,19%. La participación fue muy por debajo de la media nacional, que se amplió al 70,14%. La izquierda republicana local nuevamente consigue una mayoría aplastante. Pese a la alta abstención, que sería una constante en las distintas elecciones, el fracaso del PSOE hace que dimita su presidente y ocupe su puesto Rafael Jiménez Cazorla. Las elecciones de junio habían arrojado una inmensa mayoría republicano-socialista, solo dos partidos históricos aparecían con perfiles definidos: los socialistas y los radicales, las dos minorías más numerosas de la Cámara. La República no solo estrenaba clase parlamentaria, sino que también debía cuajar un sistema de partidos y un liderazgo político. Unos 115 diputados socialistas, y muy cerca de los 90 los radicales. Los escaños en disputa eran 470 y, por tanto, nadie podría gobernar en solitario, sería muy difícil hacerlo sin los socialistas o contra los radicales.
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