Doce águilas de Harris vigilan la zona del muelle de España. Su mirada imperial contiene a las gaviotas de Ceuta y las aleja de esta explanada. Ellas son las encargadas de evitar con su mera presencia las aglomeraciones de pavanas.
Pronto más ejemplares merodearán en la pista del helipuerto para garantizar la seguridad de los vuelos y eludir posibles accidentes por interferencias de otras aves. Se sumarán a los que ya ejercen esta labor en el puerto. Es importante recalcar que no espantan. Simplemente permanecen estáticas o realizan pequeños vuelos para que otros especímenes se resistan y no pasen por la zona. De hecho, tienen que cambiar de lugar cada cierto tiempo para que no se asienten en un sitio concreto dentro de la explanada.
“No es cuestión de que no haya porque los animales se mueven, se adaptan, así que nosotros también lo hacemos. Ellas vienen, ven a las rapaces y se ponen en un espacio donde piensan que las tienen controladas. Así que desplazamos las aves de un punto a otro”, explica Sergio Pecino, coordinador de la empresa Francis cetreros.
Sus imponentes plumas y su mirada mantienen a raya a las gaviotas. Pecino asegura que, desde que este proyecto arrancó en el 2020, los grupos han disminuido considerablemente. “Nosotros, con ellas, tanto de manera estática como con vuelos aleatorios durante el día, conseguimos que se cree un círculo, un anillo de seguridad. No hace que sea totalmente impermeable, es permeable porque hay algunas que se acercan y están por el muelle, pero con ello se evita que haya concentraciones numerosas”, cuenta.
“El personal del muelle me dijo que antes había momentos en los que se podían encontrar hasta 300. Cuando se inició el servicio en el helipuerto, nos comentaron lo mismo. Algunas noches y días había igualmente hasta 300 en medio de una pista. Después de comenzar ese número se redujo a uno menor”, traslada el coordinador a El Faro de Ceuta.
No han sido elegidas por azar. Las águilas de Harris han sido escogidas para esta función por su gran adaptabilidad a las temperaturas, ya sean altas o bajas. Procedentes de América, están acostumbradas a cazar en grupos cuando se encuentran en la naturaleza. “Son muy inteligentes, quizás las que más dentro del mundo de las rapaces”, añade Pecino. Suelen vivir en montañas boscosas o en desiertos, de hecho, suelen observarse en los de Texas y sonora. “Es una de las aves más prolíferas en esas zonas”, menciona.
Son doce las que se encuentran en el muelle España y tienen sus propios turnos. Cuentan con un espacio para el descanso y no siempre son las mismas a lo largo del día; las sustituyen. Una vez terminan con su labor, reposan en este lugar habilitado para ellas donde pueden estar tranquilas. “Están de manera más pausada. Siempre están activas, pero así están más aisladas”, especifica.
El helipuerto también contará con ellas y estarán acompañadas de otros ejemplares diferentes, en concreto, halcones. Pecino destaca dos híbridos, uno de por lanario y otro de gerifalte. Estas alzarán sus alas a distintas alturas y con ello se cerciorarán de espantar a las gaviotas.
Cada vez están más presentes en distintos espacios. Ya no solo forman parte de esa simpática imagen de exhibición en parques naturales o de otra índole más orientada al entretenimiento. Hace unos años nos sorprendía la noticia de su incorporación en las zonas céntricas de Madrid para frenar el tránsito de las palomas y preservar monumentos.
El auge de este método responde a la sencillez de su aplicación y, sobre todo, al poco impacto medioambiental que conlleva. “Esto es naturaleza pura”, expresa Pecino. “Lo que realmente asusta a un ave es su depredador. No lo hace un ruido al que se puede acostumbrar o unos muñecos. Lo que le afecta realmente es esto”, señala. “Es la manera más efectiva. Hay quien habla de drones, pero no hace el mismo trabajo o se le acaban las pilas. Pueden hacerse al aparato al igual que los sonidos”, menciona.
Las doce miran atentamente el muelle. Quietas o en pleno vuelo, frenan a las pavanas. Las mantienen a raya para tener la zona despejada o para evitar accidentes aéreos en el helipuerto.
No siempre pueden ejercer su papel con normalidad. Las águilas que sean incorporadas al helipuerto como medida de seguridad contarán con el apoyo de perros adiestrados en días de viento. A diferencia de la zona del muelle, donde sí existe más posibilidades de resguardo, en la pista es más difícil. Es este el motivo por el que en los días de corrientes fuertes de Levante o Poniente estos serán los que ayuden a evitar la presencia de pavanas. “Los días de mal tiempo no se puede volar y más teniendo en cuenta que esto es Ceuta. Siempre pega”, indica Pecino. Asimismo, también el contrato establecido para este servicio contempla que, la empresa u otra entidad externa, tendrán que recoger y sacar de la zona a animales domésticos como gatos o perros. Es para salvaguardar cualquier tipo de incidente que interfiera en los vuelos.
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