El hermano mayor de la Cofradía de la Virgen de África cuenta sus principales vivencias con quien ha sido uno de sus principales colaboradores en la Junta de Hermandad
Sólo desde la experiencia de una auténtica amistad, se puede llegar a captar la profundidad de la ausencia y la calidad de la nostalgia-
Por eso amigo D. Manuel Clavero Cerrudo, como dice la canción “algo se muere en el alma cuando un amigo se va”….No sé si será en el alma, lo cierto es que cuando acabas de irte para siempre; Manolo para los que fueron sus amigos, algo se ha quedado vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo.
Pero además de compañero, eras amigo y viejo conocido desde principio de la década de los años cincuenta, en esa calle de Teniente Pacheco, en la que todos los vecinos éramos una gran familia. Que tiempos Manolo, ya ha llovido.
Hombre de múltiples cualidades, que dedicó parte de vida a sus dos pasiones: su mujer África, y su gran devoción a nuestra Excelsa Patrona Santa María de África, perteneciendo a su Cofradía durante muchos años, como Vocal de Culto en su Junta de Gobierno.
Al frente de la Vocalía de Cultos, ha llevado a término entre otras actividades, la de su “Paso de Manto”, por la que han pasado cientos de recién nacidos, jóvenes y menos jóvenes, por ese manto de la Virgen de África.
Escribir para honrar tu memoria puede parecer tarea y cometido fáciles, porque su trayectoria como cristiano comprometido ha sido muy rica. Ahí está su Iglesia de los Remedios, y la de Santa María de África.
Manolo, amigo del alma, la emoción me embarga y me resulta difícil sustraerme a ella. Como miembro que ha sido entre los más activos de nuestra Cofradía, y en la que hemos vivido muchos momentos juntos, siempre dispuesto a hacer lo que sea necesario por nuestra Patrona, no me cabe otra palabra que la del más cálido agradecimiento.
Tu labor callada en nuestra Hermandad, será de esas facetas que los humanos no alcanzaremos nunca a dilucidar, pero que Dios sabrá, en tu comparecencia ante Él, recompensar con ese premio que como cristiano, te aguarda en la gloria del cielo.
Gracias una vez más., Manolo, por haberme dado tu amistad, por tu buen hacer, y por lo mucho que luchaste en la Hermandad de tus amores, en años en algunos difíciles y otros de glorias.
Era un buen colega, compañero y amigo, un bagaje que no todos pueden portar. Te has ido, pero tu recuerdo permanecerá entre nosotros..
Desde esa otra vida, que acabas de iniciar, sal al encuentro de tu Señor y de su Madre, que vienen a recibirte. Como devoto de nuestra Virgen de África, que Ella también te acoja con los brazos abiertos. Que Dios te reciba en su gloria, en la bienaventuranza eterna del cielo. Descanse en paz , rodeado del enorme afecto que dejas aquí. Hasta siempre Manolo