De nuevo volvemos a ‘La Libertad’ para rememorar momentos en los que el pabellón vibró como nunca jamás lo había hecho. Para ello hemos contado con una de esas personas que fue partícipe en estos años de levantar a la afición. Él es Manolo Casas o también conocido coloquialmente en Ceuta como ‘Chino’.
Una larga trayectoria deportiva en la que ha pasado por todos los puestos por los que se puede pasar, a excepción del de presidente.
Manolo recuerda la época en la que comenzó a interesarse por lo que finalmente sería su pasión con mucho cariño, “cuando uno echa la vista para atrás, te trae buenos recuerdos. Recuerdos muy bonitos. También tienes a gente que conociste en esa época y del que todavía sigues siendo amigo”.
El barrio lo vio comenzar a hacer sus primeros pinitos, pero pronto Manolo saltaría al verde para formar parte del Imperio de Ceuta, “Paco Conejo fue el impulsor que me llevó al fútbol. En la época de juveniles hice una prueba en el Imperio de Ceuta. En aquel momento estaba en Tercera División. Entré en el equipo y ahí comenzó mi corta andadura por el fútbol”.
Una corta carrera dentro del césped pero, “era muy ilusionante. Jugar en Tercera para un chaval joven, en esa época, era lo máximo. Segunda o Segunda B como estaba el Ceuta era algo más lejano y complicado. El Imperio era un equipo puntero en Tercera, en aquella época. Tenía un gran equipo con jugadores como Julio Soler o Juanito Ávila. Era un equipo potente”.
Pero pronto su camino por el césped cambió cuando apareció Juanma López, quien lo introdujo en el fútbol sala, “quizás fue el culpable de que cambiase el fútbol once por fútbol sala. En aquella época estaba Viajes Alminatur en División de Honor. Al final de la temporada les hacía falta un portero. Vi una buena opción poder jugar al fútbol sala. Había practicado pero a nivel amigos. Juanma me llamó y me incorporé a la disciplina. Ha sido la andadura más larga en mi carrera deportiva. Ha sido donde he podido jugar más tiempo”.
Manolo Casas cambió el césped por la pista, donde gracias a su posición no tuvo problemas para adaptarse a la nueva dinámica, “el portero es el que menos se tiene que adaptar. La portería es más pequeña, el campo es más pequeño, pero lo único que tiene que hacer es parar los balones. Un balón más grande o más pequeño. Es el que más facilidades tiene a la hora de adaptarse del fútbol grande al fútbol sala”.
Varios equipos de la ciudad pudieron disfrutar de Manolo Casas en sus filas, “estuve en Moda Joven, Viajes Alminatour, Mitsubishi, Ceuta Samsung, Ceutí. Todos los equipos que han estado en categoría nacional. He podido participar en ellos”.
Rememorar aquella época dorada del fútbol sala para Manolo es “poder vivir la época más gloriosa del fútbol sala aquí en Ceuta. Esos años que vivimos con el Mitsubishi o con el Ceuta Samsung, que estuvieron en primera. Son recuerdos muy bonitos que siempre llevarás contigo”.
Maravillosos años en los que el pabellón de ‘La Libertad’ era un caldero en el que la afición vibraba con el fútbol sala, “la gente estaba por los pasillos y por las escaleras. No había sitio para entrar al pabellón. La gente se quedaba fuera. Venían para ver al Mitsubishi o al Ceuta Samsung contra los mejores equipos de España. Saltas a la pista y ves al público entregado con el equipo y apoyándolo durante todo el partido. Te daba un plus a la hora de jugar y afrontar el partido. Son unos recuerdos imborrables. En esos años, la chirigota de Jaramillo, que eran los más animadores de ese equipo se iban al Lusitano tres horas antes. Luego venían con sus banderas rojas. Veías toda la grada roja. Son recuerdos muy bonitos de aquella época. Quizás los mejores momentos que hemos vivido con el fútbol sala de Ceuta”.
Manolo Casas se retira de la pista, pero continúa muy vinculado al mundo del fútbol, “el deporte ha formado parte de mi vida desde muy niño hasta actualmente en una etapa de muy veterano. Terminé mi época de jugador y me enrolé rápido como entrenador. Mi etapa como entrenador del Ceutí fue muy corta. Pertenecí a la federación, llevando desde benjamines hasta juveniles. Luego pasé a ser Director Deportivo. He pasado por todas las facetas por la que puede pasar una persona dentro del mundo del fútbol”.
El ex portero asumió el papel de entrenador. Una oportunidad que “es un cambio muy fuerte. El vivir dentro de la pista es muy diferente a lo que se pueda vivir en una banda. Poder tener la oportunidad de estar vinculado al fútbol sala, de una manera o de otra, llenaba mucho. Podía continuar con una pasión, o con un amor hacia el deporte, que me está acompañando durante toda mi vida”.
Ante las preferencias de si volver a ser portero o volver a estar a cargo de un equipo, Manolo decide que, “sin duda volvería a ser jugador. El estar dentro de la pista es una sensación que no te puede cubrir ninguna otra parte de lo que está vinculado al deporte”.
Actualmente la mayoría de los hijos de Manolo Casas siguen los pasos de su padre, “lo han vivido desde pequeños. Dos de ellos venían conmigo a los viajes y han seguido la trayectoria. El verlos, te enorgullece. Decidieron jugar al fútbol sala porque vieron que era donde yo más disfruté. Ellos siguen transmitiendo esa sensación”.
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