Mucho estábamos ya tardando en rendirnos a la evidencia de que toca hablar de, posiblemente, la serie del año pasado y puede que una de las de este, al menos en lo que a repercusión mediática se refiere. The Mandalorian es tanto un meditado producto de marketing como un entretenimiento asegurado para prácticamente toda la familia y parte del extranjero, que es la idea que suele tener en mente la Casa que todo lo puede, también conocida como Imperio Disney, abarcar el mayor número de potenciales espectadores posible.
La serie cuenta con un poderosísimo presupuesto y unos golpes de efecto audiovisuales dignos del universo Star Wars al que pertenece, ambientación que ofrece posibilidades casi ilimitadas que ofrece para la sucesión de aventuras cortas de acción tipo western entrelazadas con una trama principal atractiva, entretenida y sencilla de seguir.
La serie está ubicada tras la caída del Imperio, y sigue los pasos de un cazarrecompensas perteneciente a la legendaria tribu de los mandalorianos, un antihéroe solitario que realiza su trabajo fuera del alcance de los órdenes de la nueva autoridad.
Pedro Pascal (Narcos, Juego de tronos), actor que el mundo de la televisión ha puesto en la cresta de la ola, es seguramente el mejor pagado de la historia por un papel en el que casi en ningún momento enseña su rostro, tapado siempre por el tradicional y legendario casco mandaloriano. Igualmente realiza una buena labor y a pesar del casco muestra un personaje expresivo y con magnetismo que conectará fácilmente con el respetable, casi tanto como el ya archifamoso Baby Yoda (no se había visto cosa igual de popular desde El gato con botas de Shrek).
Reconozco que me satura bastante la doble intención de vender merchandising de todo tipo, casi más importante que cualquier otra cosa, pero igualmente reconozco que tito Disney ha sabido como casi siempre sacar oro de un producto que tenía el éxito garantizado, pero que ha exprimido a base de carísimos complementos y y las cosas bien hechas, cuyo resultado es que al final la inversión está más que amortizada con unos ingresos incalculables entre mercadotecnia y suscripciones a Disney+, que es (por supuestísimo) quien posee en exclusividad los derechos de la serie y de tantas otras cosas…
El proyecto es altamente adictivo y por lo tanto recomendable, con momentos de homenajes variadísimos, un buen elenco y direcciones de ilustres como Bryce Dallas Howard, Taika Waititi (director de Jojo Rabbit o Thor: Love and Thunder para “la casa”) o Jon Favreau, también realizador de cabecera Disney (la saga de Iron man o el nuevo Rey León), también guionista y creador de la megacriatura. Nuevamente lo han vuelto a hacer, y este hilo argumental “starwarsero” ha venido para quedarse, y bastante tiempo.