‘Mamá, me voy a Sebta’

La Pascua musulmana, que se celebra mañana, se notará también en el centro de ‘La Esperanza’. Algunos de los MENA recuperan sorpresivamente la memoria y el sentido de la orientación y acuden a Marruecos para celebrar la fiesta con sus familiares. El centro, como sucede durante el final de Ramadán, lo nota en su ocupación y se pone de manifiesto una auténtica realidad: que Marruecos está utilizando los centros de menores españoles para garantizar la acogida de menores que no son abandonados y que, después, intentarán lograr la reagrupación de todos sus familiares.
Mohamed (nombre ficticio pero historia real), con 15 años, es una de las últimas incorporaciones que ha llegado al centro del Hacho. Supuestamente abandonado, sin hogar, sin padre ni madre, tocó las puertas de ‘La Esperanza’ en donde se le ha marcado con las siglas que garantizan su estancia y protección en un centro español. Mohamed ya es un MENA tutelado por la Ciudad Autónoma. Lo que pasa es que Mohamed sí tiene familia: su padre es comerciante y vive en Castillejos. Como él hay varios compañeros que tienen a su padre y madre residiendo al otro lado de la frontera y disponen de un trabajo para poder cuidarles, pero es más fácil que de la crianza y posibilidad de residencia se encargue el sistema español.
“De entre las últimas incorporaciones hay varios casos que son como éste”, señala la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) que pone el dedo en la llaga que supone lo que no es más que un delito. AUGC denuncia la existencia de organizaciones que se dedican, precisamente, a facilitar la entrada de estos menores para, después, trasladarlos hasta el centro. Incluso miembros de esta organización cobran a los padres por introducirlos en Ceuta con su pasaporte y dejarlos después en el centro o en un lugar en donde serán recogidos por la Policía. La asociación va más allá en este asunto. Mantiene que los mismos que se dedican a la introducción de menores son los que están detrás de la entrada de embarazadas que esperan en viviendas del Príncipe a que llegue el momento para ser trasladadas al Hospital Universitario y parir allí. Con esto conseguirán tener un niño que ha nacido en España y facilitar que las generaciones posteriores obtengan de manera más sencilla la nacionalidad, al ser descendientes de marroquíes nacidos en España. Esa es la ventaja conseguida y detrás de la misma existe toda una organización. ¿Lo sabe esto la Policía? Sí, pero, curiosamente, en la reunión en la que se decide lo que se investiga y lo que no, pesó el criterio policial de no investigarlo.
AUGC insta a poner en marcha una investigación hasta las últimas consecuencias, adoptando, además las medidas necesarias para evitar que “sigamos haciendo el primo” porque esto se está convirtiendo “en un cachondeo”. La asociación propone, entre otras medidas, muchos más controles en la frontera sobre todo en las entradas de menores, haciendo seguimiento de con quien han llegado a la ciudad y evitando que accedan a Ceuta solos. De esta manera se conseguirá, si llegan a ‘La Esperanza’, saber quién los pasó.

En detalle

Número de menores
Acogidos
Actualmente el centro ‘La Esperanza’ está hasta los topes. Con algo más de 120 niños acogidos, lo pasaría francamente mal si tuviera que hacer frente a una entrada inesperada. En igual situación se encuentran los centros de Melilla.
Precedente judicial
Única sentencia
Ha sido dictada por un juzgado de Sevilla que si bien no dio la razón a la Junta y archivó la denuncia contra un padre fundamentándose en que las personas denunciadas no tenían domicilio conocido en España, sí dejó un camino abierto. Y es que el juzgado consideró que los hechos investigados por la Junta de Andalucía son constitutivos de infracción penal "y existen motivos suficientes para atribuir su perpetración a personas determinadas". A este fundamento legal se agarra ya la Junta para interponer en los próximos días distintas denuncias en juzgados andaluces para que se actúe contra seis padres. Esta sentencia puede servir de precedente para que otras ciudades autónomas hagan lo mismo.
Cambio de perfil
Del pegamento a la colocación
Los tradicionales niños de la calle, los llamados ‘niños del pegamento’, constituían una imagen típica en los años 90 y principios de 2000. De aquella imagen se ha pasado a la actual. Aunque todavía se ve a un grupo reducido por las calles (sobre todo el campo exterior, el puerto y algunos recovecos del parque de San Amaro) el perfil del MENA actual es el que llega traído por sus padres o una persona y se queda en Ceuta por orden de su familia.
Origen y futuro
Acogida y trabajo
Se detecta la llegada de MENA mucho más pequeños que hace años y se considera que las familias intentan su colocación en la ciudad para hacer que se beneficien de alguna oferta laboral y así conseguir un trabajo y una estancia legal en España pasados los 18 años. Los varones siguen siendo superior en número que las niñas.
Puerta de entrada
La frontera
Se reclama un control sobre la entrada de los MENA que se produce por la frontera del Tarajal con pasaporte.

Hijos de papá... sastres, profesores o comerciantes

El perfil que tenemos acostumbrado a pensar sobre los MENA se tumba directamente en casos sobre los que la asociación coloca todas las alertas. Hay menores con padres comerciantes, sastres o profesores que pueden mantenerlos pero que optan por ‘colocarlos’ en los centros de menores. Un diplomático español en Marruecos ya advertía hace unos años que esta colocación suponía para las familias de los MENA “poner una pica en Flandes”. Y eso es lo que hacen, buscando así que sea la administración la que económicamente se haga cargo de ellos. Ceuta no ha identificado ninguno pero la Junta de Andalucía sí, llegando a confirmar que algunos padres de MENA era policías e incluso notarios. Un agente marroquí ‘colocó’ a casi todos sus hijos.