Este era el título de una de las míticas canciones del grupo de pop gallego ‘Golpes Bajos’ y bien vale para lo que viene ocurriendo en la Ciudad en los últimos tiempos. La situación de la casa grande no pasa por un buen momento, al ‘caso Gordillo’, se le suma el endeudamiento millonario de las arcas municipales, superior a los 215 millones de euros (casi 36.000 millones de las antiguas pesetas), las dificultades de pago a proveedores, y las dificultades de todo tipo. Un sector servicios que se le ha dejado morir durante años y una aplastante tasa de parados, conforman un panorama muy lejano del idílico que se ha vendido durante lustros.
Esto conlleva a que los otrora defensores a ultranza de la gestión del gobierno más longevo de la época democrática de nuestra ciudad, se acerquen cada vez más asiduamente a despotricar sobre los unos y los otros, sobre las cosas que se hacen mal y hayan olvidado las que supuestamente se hacen bien, que eran los argumentos que utilizaban anteriormente.
Se denota un cierto alo de revanchismo entre los que han quedado mal parados por el ‘caso Gordillo’ y se advierten tiempos revueltos en el partido de la gaviota.
También te encuentras con los que te dicen que no se está siendo claro con los ciudadanos, que con temas como el ‘caso Gordillo’, endeudamiento, etc… da la sensación que se les quisiera engañar o ocultar cosas… como si existieran dos realidades en Ceuta, la real y la oficial. No te queda más remedio que sonreír, algunos nos hemos desgañitado de propalar eso a los cuatro vientos, y algunos se vienen a dar cuenta bastante tiempo después… pero digo yo ¿se dan cuenta por ciencia infusa? O ¿se daban cuenta pero los intereses personales ahora mermados les hacen reconocer y ‘rajar’ lo indecible, cuando antes eran fieles defensores de la causa?
Sea como fuere es entretenido eso que viene ocurriendo desde hace dos o tres meses, ir por la calle y gente a la que no conoces (algunos de vista) te cuenten los ‘tejemanejes’ internos tanto del gobierno, como del partido de la gaviota… en definitiva, ‘Malos tiempos para la lírica’ debido a ciertos ‘Golpes Bajos’.