Si casi 40 años después Richard Benjamin decidiera volver a dirigir su mítica ‘Esta casa es una ruina’, a buen seguro que elegiría como uno de sus escenarios
los juzgados de Ceuta para comprobar el desastre que sigue demostrando el proyecto de la Nueva Oficina Judicial. Esa famosa
NOJ que nació viciada, que se vendió como un experimento que ayudaría a mejorar el funcionamiento juridicial y que, al contrario, lo ha empeorado. Si muchas vistas judiciales salen adelante es por la implicación y el empeño de profesionales, ya que no hay mayor daño que tener que suspender un juicio cuando toda la maquinaria para su celebración ha sido coordinada. Va en contra además de esa agilidad en beneficio del ciudadano que se le presupone a la
Justicia.
Esta misma semana a punto estuvo de suceder esto en la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, durante la celebración de
la segunda sesión correspondiente al famoso pase de inmigrantes realizado con ‘el bicho’, la semirrígida que se erigió en la obsesión de la Guardia Civil ya que nunca conseguía interceptarla. Las declaraciones de testigos cruciales tardaron en poder escucharse por problemas técnicos. De haberse suspendido dicha prueba, algo a lo que se negaron las defensas, no se habría podido escuchar una visión bien distinta de los hechos que se conocían hasta ese momento.
Ocho años después de que el por aquel entonces ministro de Justicia, Alberto Gallardón, proclamase en Ceuta que la Nueva Oficina Judicial (NOJ) implantada en la ciudad como experiencia piloto sería “pionera, faro y referente para la remodelación integral del sistema que se va a abordar en el resto de España”, el experimento todavía está lejos de dar los resultados esperados, como el expediente digital en el que se empezó a avanzar tres años después.
Ceuta se convirtió en conejillo de indias de este cambio que fue criticado por todos, incluso por sindicatos como CCOO-Justicia
“Se trata de dos ideas muy buenas si se gestionan bien, pero en Ceuta seguimos sufriendo problemas de todo tipo: se nos utilizó como conejillos de indias para poner en marcha ambos proyectos y al final están suponiendo, en el día a día, un paso atrás tremendo”, lamentan las fuentes judiciales consultadas por este periódico.
La Nueva Oficina Judicial prometía, entre otras cosas, que los magistrados podrían centrarse en la esencia de su trabajo: redactar sentencias, pero en su implementación en la ciudad autónoma se ha planteado “un reparto de trabajo demencial”. “No es tanto que haya pocos recursos humanos como que los existentes están muy mal gestionados y distribuidos”, diagnostican las mismas fuentes.
¿Se imaginan a unos jueces haciendo prácticamente funciones de localización de testigos, llamadas y confirmaciones de que todo funciona como debe? No hace falta, esto sucede en Ceuta. Lo sabe el TSJA, que ha recibido cuantiosas quejas por el mal funcionamiento de la NOJ. Lo grave es que nada se hace al respecto porque el panorama cambie a mejor.
Sindicatos como CCOO-Justicia han escrito, podría decirse, hasta libros con denuncias de las consecuencias de esa mala gestión, algo que afecta directamente a los trabajadores a los que defiende.
La NOJ traía consigo la creación de los denominados Servicios Comunes con letrados de Administración de Justicia al frente. En Ceuta se pusieron en marcha el General y el de Ejecución de Resoluciones, pero no el de Ordenación del Procedimiento, para asumir “labores centralizadas de gestión y apoyo en actuaciones derivadas de la aplicación de las leyes procesales”. Se llevaron, además, la “inmensa mayoría” de los efectivos disponibles.
Ese reparto ha dejado cojas las Unidades Procesales de Apoyo Directo, que tenían la misión de ayudar a jueces y magistrados “realizando las actuaciones necesarias para el exacto y eficaz cumplimiento de cuantas resoluciones dicten”. Tampoco funciona como debería el Equipo de Apoyo, los conocidos como ‘bomberos’ que, sobre el papel, tenían que suplir cualquier déficit en otros puntos del sistema. “En la Audiencia Provincial ha llegado a haber una sola persona disponible procedente de la lista de interinos y ha habido vistas que han comenzado con horas de retraso porque nadie se había encargado de hacer las pruebas pertinentes para comprobar y preparar el correcto funcionamiento de los medios para hacer videoconferencias, un recurso al que se apela constantemente en Ceuta”, ejemplifican.
En suma, “la dotación de Servicios Comunes es mucho más alta que la de Apoyo a los Magistrados”, critican en los Juzgados, donde señalan directamente “al Ministerio de Justicia” como responsable de esta “gestión inadecuada” de la NOJ, que genera distracciones y complicaciones directamente opuestas a dos de sus objetivos prioritarios: liberar a jueces y magistrados de tareas no jurisdiccionales para que pudieran “centrar todo su esfuerzo en la función que les atribuye la Constitución: juzgar y hacer ejecutar lo juzgado”, por un lado; y “una reestructuración más eficiente del trabajo y de los medios, así como un reparto más preciso y racional de funciones”, por otro.
El expediente judicial electrónico también sigue, más de cinco años después de su puesta en marcha en Ceuta durante el verano de 2016, dando quebraderos de cabeza hasta el punto de que “buscar documentos se a caba convirtiendo en un infierno y hace el trabajo más complicado que cuando se realizaba con papeles” por conflictos a la hora de nominar adecuadamente los procedimientos.
El Ministerio ha demostrado tener a su suerte, ya en demasiadas ocasiones, el funcionamiento de los juzgados y la sala de la Audiencia hasta el punto de ponerse en peligro las vistas judiciales por falta de piezas.