Ayer por la tarde, la esperada verbena de la barriada comenzó con el pie izquierdo. Apenas arrancaban las festividades cuando la llegada inesperada de la policía generó un ambiente de confusión y tensión. La intervención fue a consecuencia de una llamada que afirmaba que un niño se había caído de una colchoneta hinchable, lo cual resultó ser completamente falso.
Los agentes solicitaron la documentación pertinente, incluyendo el seguro de responsabilidad civil, el permiso de ocupación de la vía pública y los permisos de festejos. Afortunadamente, todos estos documentos estaban en regla. Sin embargo, la policía manifestó no tener constancia de estos permisos, a pesar de que la Asociación de Vecinos los había enviado vía email a la jefatura policial, recibiendo incluso acuse de recibo por parte de ellos.
La Asociación de Vecinos, que trabaja incansablemente y de manera altruista para garantizar que los residentes disfruten de sus fiestas, se encontró nuevamente con obstáculos injustificados. Después de años sin poder organizar eventos debido a la falta de subvenciones, este año lograron reactivar las celebraciones con gran esfuerzo y dedicación. Sin embargo, se toparon con denuncias falsas y quejas por la música, a pesar de que no eran ni las diez de la noche.
Nuestro objetivo siempre ha sido fomentar la convivencia vecinal y revitalizar las tradiciones locales. Nos duele ver cómo, pese a nuestros esfuerzos, nos enfrentamos a trabas y malentendidos que buscan arruinar una noche pensada para el disfrute de todos.
La verbena de San Daniel es más que una fiesta; es un símbolo de unión y resiliencia. Agradecemos a todos los vecinos que comprenden y apoyan nuestra labor. Seguiremos adelante, superando adversidades y asegurándonos de que nuestras tradiciones no se pierdan.