La magia y la ilusión de
Disney han invadido todos los rincones del Teatro Auditorio del Revellín, en Ceuta, durante la tarde de este jueves con la puesta en escena del espectáculo
‘¡Qué festín! El musical de los grande musicales' de la
compañía Teatropía XXI Artes Escénicas. El patio de butacas se ha llenado hasta prácticamente completar el aforo con niños y adultos, todos con ganas de disfrutar de un viaje que esperaban fuera inolvidable, a través del mundo de Disney. Unos cuantos pequeños, incluso, han asistido disfrazados de sus personajes favoritos para hacer de esta una experiencia fantástica.
Y así ha sido. Cuando las agujas del reloj han marcado apenas unos minutos después de las siete, las luces se han apagado y los gritos de los niños han inundado el
Revellín de emoción. Seguidamente, el escenario se ha llenado de
música y color para que los personajes de Disney fueran cobrando vida de una manera deslumbrante. Ding Dong y Lumière han aparecido como protagonistas y han sido los encargados de dirigir el musical. Al igual que en la película de la Bella y la Bestia, debían conseguir que ambos se enamorasen, aunque en esta ocasión contarían con la ayuda de diferentes personajes. De este modo, la trama del musical tejía una historia mágica que entrelazaba a los integrantes de diferentes películas de Disney en una búsqueda conjunta de la felicidad. Simba, Ariel, Aladdín, Elsa y Ana y muchos otros se han unido en una inolvidable travesía llena de aventuras, risas y emociones.
Los actores y cantantes que han estado detrás de estos icónicos personajes han demostrado un talento excepcional, llevando a cabo coreografías impresionantes y voces que parecían haber salido directamente de las películas. El público, compuesto en su mayoría por familias y amantes de Disney de todas las edades, no ha escatimado en aplausos y vítores a lo largo de la función. La magia que se ha desplegado en el escenario y ha llegado directamente al corazón de cada persona del público. ‘¡Qué festín!, el musical de los grandes musicales’ ha sido un espectáculo que ha gustado a niños y adultos por igual, demostrando así una vez más que la magia de Disney no entiende de edades, algo que se ha dejado ver en la sonrisa y en los rostros de todos los asistentes.