Ya les hablé, hace tan sólo unos días. de la "hermosura de la familia" y justamente anteayer, 12 de Mayo, nació Lucía, la nueva biznieta, que se incorpora a mi familia para llenarla, una vez más, de alegría, de satisfacción porque tanto el tiempo del embarazo como el de parto transcurrieron con toda normalidad.
Damos gracias a Dios por esas muestras de bondad hacia ésta familia y mi deseo es que todos ustedes, los que lean estas líneas, compartan nuestra alegría, pues alegría es ver cómo un ser humano, aunque muy pequeñito, se une a nuestras vidas. Hace pocos días leí, con verdadera pena, que l número de nacimientos había descendido en España y Lucía ha venido a decirnos que ella se quiere incorporar, de todo corazón, a esa gran aventura - la máxima aventura del ser humano - que es vivir y luchar con amor por hacer agradable su paso por los caminos del mundo. Es imposible señalar con detalles, cada uno de esos caminos que habrá de seguir Lucía, pero es natural que yo, su bisabuelo, le diga que habrá de luchar con ilusión en cada una de las cuestiones que se le presenten. Nada fáciles, por supuesto. Causa verdadera pena contemplar la huída ante la responsabilidad de la vida. Huía que es, no pocas veces, hacia la nada que, en no pocos casos, culmina en la estridencia de la confusión y hasta del remordimiento. La vida es sumamente hermosa y bella, aunque tiene sus espinas como las tiene el más bello rosal que podamos imaginar. La vida nos pide mucho sacrificio para llegar a culminar, con éxito, la gran propuesta del sacrificio por amor. Todo en la vida humana tiene como fin el amor del alma, el del sacrificio y de la entrega a la verdad. Hay ocasiones en las que el alma se llena de tristeza porque se abandona la maravillosa labor de buscar y ofrecer la felicidad a muchas otras personas, cuantas más mejor. Hay que procurar no caer en ese abandono en los brazos de la comodidad o del abandono de las ideas básicas de la convivencia humana. Ello es como renunciar a la verdad de la misión que a cada persona nos corresponde. Nada más hermoso que la verdad que se puede llevar a quien la desconoce o la ha dejado de lado. Hay siempre gente que te espera para vivir el amor a la verdad Ya sé - naturalmente - que mi biznieta Lucía tiene como misión adaptarse, con la ayuda de su madre, a éste medio nuevo al que acaba de llegar, causándonos una gran alegría; pero estos son mis pensamientos unidos a un gran cariño y ellos, de alguna forma, llegarán a ella porque la familia es la depositaria de la forma de hacer y de pensar de todosy cada uno de sus miembros, así como de sus deseos y cariños. Esta es la hermosura de la familia, que es capaz de recoger todo cuanto de bueno se desea para cualquiera de sus miembros. Tú, Lucía, ya estás recogiendo cariño.