Loucif, el joven argelino que murió intentando salir de Ceuta

Loucif tenía solo 26 años. Había llegado a Ceuta este mes de junio con el propósito de cruzar a la Península para ganarse la vida. Una vida que terminó ahogada en el mar tras un intento por llegar al buque de Balearia junto a dos inmigrantes más, un adulto argelino y un menor marroquí. A sus compañeros de travesía los rescató la Guardia Civil en la noche del 15 de junio. Con él no pudieron dar. Su cuerpo sin vida era localizado 6 días después en las inmediaciones del puerto. Entre sus prendas se encontró su pasaporte y una hoja de la Policía Nacional con una cita para el asilo. Los llevaba protegidos entre plásticos. Eso ayudó a identificarlo gracias a las gestiones llevadas a cabo por el Laboratorio de Criminalística de la Policía Judicial del Instituto Armado. El cuerpo de Loucif Mohammed Elamin regresará a su tierra, a Argelia, para ser enterrado. Partió con ilusiones y regresa en una caja de madera para que sus seres queridos puedan rezarle. En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes quedan sus amigos, los que le conocían, los que han sufrido su pérdida, los que compartieron estos días en Ceuta participando en común de un drama migratorio que no cesa.

Una familia marcada por la pobreza

De familia muy pobre, Loucif dejó su país precisamente para buscar un trabajo con el que mantener a su familia. Sus seres queridos han tenido que buscar ayuda para recaudar el dinero que permita el regreso del hijo, aunque sea en las condiciones que nunca esperaron. Cuentan sus amigos que Loucif quería trabajar en algún punto de Europa, ayudar a sus padres, mantenerlos. Él pone ahora el rostro dramático a esas miles de historias compartidas por otros argelinos que huyen de una tierra con escaso futuro y un margen recortado de derechos. Comparten los tiempos difíciles vividos y las ansias por dar con un futuro. Eso perseguía Loucif. La imagen indeseada se produjo el viernes pasado cuando componentes de los GEAS de la Guardia Civil sacaban del mar su cuerpo sin vida. Llevaba la misma camiseta negra con letras rosas con las que buscó alcanzar el buque de Balearia para salir, de manera clandestina, en la primera travesía. No lo consiguió. En lo que va de año una decena de personas han muerto de igual forma, en el mar, ahogados, intentando llegar a Ceuta o escapar de alguna forma. Son los rostros de una frontera sur desequilibrada, rota, que sigue provocando fracturas de familias.