“Esto es algo que no podemos soportar. Así estamos todos los días”. Quienes hablan son los vecinos de
Loma Colmenar, los principales afectados por los embotellamientos, colas y bloqueo del tráfico que se está generando en el entorno de la explanada de embolsamiento. Con todas sus plazas al completo, debido a los cierres de la frontera marroquí, los residentes en este barrio se han convertido en víctima de la situación. Las colas son permanentes al lado de la promoción de viviendas y de ellas procede el ruido constante que, aseguran, “no termina hasta las ocho de la tarde. Y así toda la semana”.
Desde este jueves la
Delegación ha dado orden de que se embolsen también a las motos de mercancías para evitar las rondas diarias que llevan a cabo, disponiendo como horas de salida la una y las cuatro de la tarde. Desde la plaza de los Reyes se valora el dispositivo que lleva funcionando prácticamente un mes y atribuyen los fallos a las decisiones del lado marroquí. Pero esto no les sirve de justificación a unos vecinos que no pueden hacer su vida diaria. La
Guardia Civil ha tenido
que activar, de nuevo, a un destacamento de los GRS para contener una avalancha que se iba a llevar a cabo por parte de cientos de porteadores que se habían acumulado en los polígonos del Tarajal.
No habían salido por la mañana por el paso de mercancías y buscaban sacar sus bultos por la frontera. Se activó lo que ya funciona como protocolo, desviando a los GRS hasta las naves y formando un dispositivo de seguridad y un cordón para impedir la generación de avalanchas en la zona.