Los tripulantes comienzan la vuelta pero el Katrine se queda

La pesadilla está a punto de finalizar para cuatro de los tripulantes del Katrine Krog. Sólo les queda volver a casa y abrazar a sus familiares, aquellos que han sufrido casi tanto como ellos y que muchos días se han ido a la cama sin saber de sus seres queridos.

Omar Peña, Jorge Vidal y Luis H. Dole comienzan ya su camino de vuelta a casa con el dinero en sus bolsillos. El otro que ha cobrado, Luis Antonio Regalado, no ha podido desembarcar aún debido a que su relevo no ha llegado y en el buque deben quedar, como mínimo, seis personas. No obstante, todo apunta a que lo hará en breve. El armador les pagó en la jornada de ayer 2.000 dólares por mes, unos 1.400 euros por cada uno, lo que les permitirá comprar el billete de vuelta a casa.
El primero en desembarcar del Katrine Krog fue Jorge Vidal Mejía, quien lo hizo por la mañana a bordo de un barco de los prácticos. Fue el primero en salir de la ‘cárcel flotante’ al subir a bordo su relevo. La imagen del marinero nacido en El Salvador con las maletas en una mano y en la otra los 1.400 euros correspondientes al primer mes quedará en la memoria del fin de esta pesadilla. Sus primeras palabras nada más pisar tierra fueron de agradecimiento para quienes lo han apoyado. La primera gestión que hizo fue dirigirse a Western Union en el edificio de Correos para cobrar el segundo de los salarios -1.457 euros-, ya que el primero lo había recibido en mano. Vidal espera estar en casa cuanto antes. Una de las cosas que más le apetece, dijo, fue presenciar un partido de fútbol. “Es lo que más me gusta”, manifestó. Ya por la tarde llegaban Omar Peña y Luis H. Dole, y lo hacían acompañados, como Vidal, por los miembros del Centro de Buceo. “¡Somos libres!”, gritaban nada más pisar tierra firme, recordando también aquella famosa canción de ‘Los Chichos’. Su estado emocional nada más llegar al Puerto Deportivo era de una mezcla de emoción, alegría y tristeza. “Tristeza por los que se quedan”, dijo Dole.
Peña, el otro marinero que pisó tierra firme en esta tanda, dijo en una conversación con este medio que desea volver a casa para encontrarse con su familia, en especial a su hija, quien lleva enferma unos días pero que ha mejorado en las últimas horas.
El problema de estos marineros parece aparcarse ya en la hemeroteca, aunque ahora empieza otra historia, la del Katrine sin estos tripulantes, un barco que algunos que conocen su caso piensan que “morirá” en Ceuta debido a que el armador necesita mucho dinero para realizar las reparaciones oportunas y ponerlo de nuevo en marcha. En él hay a bordo seis marineros: el capitán, su auxiliar, el cocinero, dos marineros nuevos y Antonio Regalado, quien se ha quedado por ahora debido a que, como mínimo, el buque debe permanecer con seis tripulantes y porque aún no ha llegado su relevo. Al haber sido trasladado en varias ocasiones con hiperglucemia al Hospital Universitario, sus compañeros en tierra temen que vuelva a tener una crisis como las que ya ha tenido, por lo que piden que siga sus pasos y pueda emprender su viaje de vuelta a casa con ellos.

Un relevo pide la vuelta a casa
“No tiene buena pinta”. Era la frase más repetida ayer por los marineros que pisaron tierra. No es para menos, ya que aunque el armador haya pagado los salarios a estos cuatro tripulantes debe hacer varias reparaciones importantes en el barco y conseguir una tripulación que lleve el barco a Canarias para más tarde cruzar el océano.
Si lo de arreglar el barco y pagar las deudas que tiene por los servicios que ha requerido el barco durante este mes es difícil, encontrar una tripulación dispuesta a cruzar el océano con el Katrine no lo es menos. En la jornada de ayer, uno de los relevos que habían llegado para sustituir a los marineros que tomaron tierra se negó a quedarse en el barco y pidió al armador que le abonara el billete de vuelta a casa. Al parecer, llegó aquí con otra persona porque les habían dicho que en tres días partiría el barco. Lo que han descubierto ahora es que el asunto va para largo. “Yo quiero mi billete”, repetía una y otra vez en una conversación con este medio. Los marineros durmieron ayer en la Casa del Mar tras las gestiones realizadas por Cruz Roja, quien se hace cargo del alojamiento. Cáritas es otra de las instituciones que se han volcado con los marineros, gastándose unos 1.200 euros en comida para ellos.

El diario de los agradecimientos

Jorge Vidal ha acabado la segunda parte del diario, cuya primera ya publicó este medio. En ésta ha anotado los sentimientos de todos estos días. Tanto tristes, como el día de Nochebuena, como de agradecimiento, como en la mayoría de los días. En el diario, Vidal, además, agradece la labor de ‘El Faro’. El diario también recoge la decepción que sintieron cuando se produjo, el 31 de diciembre, la frustrada vuelta a casa y más vivencias en en interior de la “cárcel” del KKK , “Katrine Krog Kevin” (sobrenombre del armador).el dueño, en ceuta, deberá buscar la solución.

El dueño, en ceuta, deberá buscar la solución

El armador del Katrine Krog, Derival Prosnel, está a bordo del barco con bandera boliviana. El pasado día 4 llegó a la ciudad autónoma y se reunió con el capitán marítimo, Jesús Fernández Lera, quien le recordó las pautas que debía seguir para solucionar el problema. Llegó con dos personas, dos relevos, de los que uno se niega a subir al barco después de conocer la situación del mismo.
La tripulación nunca ha creído todo lo que les ha dicho ya que en varias ocasiones el armador les ha dado fechas para el pago y no las ha cumplido.
En una ocasión, acudió a llevarles comida al barco y se vivieron momentos de tensión ya que los marineros le mostraron sus quejas por el “abandono”.
Ahora, el armador se encuentra a una difícil situación que debe resolver para completar la tripulación y sacar el barco de Ceuta.

Una historia que comenzó a mediados de noviembre:

13 noviembre La tripulación embarca en el puerto danés de Marstal porque su armador, de Haití, había comprado el barco y les había solicitado que, vacío, se lo llevaran a aguas del Caribe.  
22 - noviembre Comienzan los problemas en aguas de Lisboa (Portugal). Se quedan sin máquinas, aceite y agua.
31 - noviembre El Katrine llega a Ceuta. Dos días después pide ayuda y la Salvamar Gadir les lleva provisiones y atiende a los tripulantes. Uno de ellos, Jorge Vidal, sufre una hernia y tiene problemas en el cuello. Más tarde comienza un movimiento social encabezado por el Centro de Buceo de Ceuta y Cáritas Diocesana para tener atendidos a los marineros.
31 -  diciembre Un mes después de su llegada a Ceuta se produce una salida frustrada al no tener el armador el dinero para pagarles y llevar arrastrando un ancla. Vuelven al mismo lugar con resignación e impotencia.
4 enero - El armador llega a Ceuta y se reúne con el capitán marítimo, quien le recuerda las pautas a seguir para solucionar el problema.
8 enero - Los primeros tripulantes cobran y comienzan su camino a casa.

¿Un nuevo caso Rhone?

El futuro del Katrine Krog es toda una incógnita. El armador ya ha pagado a los cuatro tripulantes que debían haber vuelto a casa hace mucho tiempo, aunque ahora tendrá que desembolsar una buena cantidad de dinero para reparar el barco, pagar las deudas por los servicios que ha necesitado en Ceuta y conseguir una tripulación.
El capitán marítimo, Jesús Fernández Lera, dijo en declaraciones a este medio que hasta ahora sólo se ha solucionado “la primera parte”, la correspondiente al asunto laboral, pero que aún queda lo más difícil, sacar el barco de Ceuta.
De momento el Katrine no entrará en puerto, adelantó el capitán marítimo. El motivo, que el tiempo no obliga a hacerlo y que este nuevo movimiento generaría más gastos al armador, lo que complicaría las cosas en un escenario para nada fácil.
Aunque en momentos como este aparece en la memoria el caso, por ejemplo, del Rhone, Fernández Lera recuerda que existe una gran diferencia, “que el armador del Rhone nunca estuvo en Ceuta y el del Katrine sí lo está en estos momentos”. Si el caso del barco con bandera boliviana es similar al turco, eso sólo lo dirá el tiempo. Las autoridades esperan que no sea así.