La madre abandonó el hospital abatida moralmente y pensando que se harían cargo de la situación y la avisarían. El pequeño ha estado en la morgue todo este tiempo.
Feto número 321. Así reza en la tumba de un pequeño que nació muerto en el mes de septiembre del año 2010 y que no ha podido ser enterrado hasta el pasado miércoles debido a un importante retraso en los trámites judiciales. Casi un año de espera se ha producido. Un tiempo que ha tenido a la familia con el corazón en un puño y al cadáver del pequeño metido en la morgue del hospital. Un drama difícil de superar complicado, aun más si cabe, por la lentitud de la burocracia del sistema judicial.
Todo comenzó cuando la madre dio a luz a un feto que nació muerto. En ese momento el estado anímico de la familia estaba bajo mínimos y, dada la situación, en cuanto fueron dados de alta se fueron a su casa pensando que el hospital se haría cargo del asunto. Pasada una semana, al no tener noticias, preguntaron por la situación. Para entonces ya era tarde. Se había hecho cargo la autoridad judicial y hasta que el juzgado no remitiera una licencia de enterramiento no se podía proceder a darle sepultura al pequeño.
Según fuentes cercanas al cementerio, los casos relacionados con fetos suelen solucionarse en las siguientes 24 ó 48 horas, pero en este particular no ocurrió así porque los padres abandonaron el hospital creyendo que todo seguiría su curso y que su participación no era necesaria ya.
Una vez en el juzgado nadie pensaba que la cuestión se iba a retrasar tanto, ya que se trata de un asunto que podría haberse solucionado en un plazo que va de entre una semana y un mes de duración. Pero los trámites y la burocracia fueron retrasando la expedición de la licencia y, mientras tanto, los restos del pequeño permanecían en la ‘nevera’ del hospital, “como si fuera un cubito de hielo”, comentaba un hombre cercano al caso.
Un año ha tenido que pasar para que la familia, por fin, pueda enterrar el feto y dejar paso a una nueva vida con un sufrimiento menor.
Nunca había pasado antes
Desde la funeraria musulmana no se explican lo sucedido. Aseguran que es el primer caso en que la expedición de la documentación necesaria por parte de la autoridad judicial se retrasa tanto y lamentan lo sucedido, aunque ellos no tienen nada que ver, ya que no pueden proceder a enterrar el cadáver hasta que no reciben los papeles. Desde que está la actual Dirección (año 1986) no se había registrado nunca un retraso similar en el enterramiento de una persona, un hecho que esperan que no vuelva a suceder.