Los proveedores del catering del CETI cortan el suministro por impago

La empresa adjudicataria debe unos 200.000 euros a almacenistas y proveedores, quienes instan a la Administración a que tome cartas en el asunto. Ayer se plantaron y no suministrarán más alimentos.

Ya no pueden más. Al menos seis proveedores llevan desde el pasado octubre arrastrando falta de pagos por parte de la empresa Global Food Managment, encargada del catering que se ofrece en el CETI a los inmigrantes, la misma que tampoco atiende los pagos de las nóminas a los contratados en el servicio de cocina. Empresas como Vivera, Pescados Borrego, Septi, Jimena, Almacenes Bentolila y Contreras, entre otros, han estado sirviendo sus productos puntualmente a esta entidad pero, a cambio, no han cobrado por ello. Arrastran una deuda global de unos 200.000 euros y no están dispuestos a que la misma aumente sin que la Administración mueva un dedo por darles una solución, al menos al ser conocedora de que una empresa contratada por ellos no está atendiendo sus obligaciones debidas ni hacia los trabajadores ni hacia los proveedores.
Ayer los afectados acudieron al Centro de Estancia Temporal para trasladar sus quejas al director en funciones, decidiendo a posteriori que a partir de hoy no suministrarán sus productos para el catering, quedándose la cocina con reservas solo para 48 horas. Es una medida extrema, pero igual de extremas son las condiciones que están arrastrando estas empresas que tienen a su vez empleados a los que pagar sus nóminas y tienen que hacer frente a servicios nunca remunerados.
José Manuel Ruiz, gerente de la Panificadora Septi y portavoz de los afectados, lamentó el impago que están sufriendo y que se ha hecho patente desde primeros de año. Algo que nunca se produjo con la anterior adjudicataria del catering, la empresa Clece, que sí abonaba puntualmente sus pagos hasta que en octubre terminó su contrato.
“La empresa Global Food Managment tiene como norma y es reiterativo el impago y la devolución de talones. La situación es insostenible. Estamos soportando la crisis como podemos y muchos de nosotros no vamos a poder subsistir si alguien no pone solución a esto”, explicó a los medios de comunicación reunidos ayer a las puertas del CETI. Hasta el momento no han recibido respuesta alguna. Ayer la buscaron en la Dirección accidental del centro del Jaral, que les confesó que la situación es “insostenible” y que ya con anterioridad habían trasladado a Madrid un informe desfavorable sobre la empresa. Es decir, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y, en concreto, la Secretaría General de Inmigración, es conocedora de lo que está pasando. De hecho, desde la Dirección en funciones del CETI les van a volver a trasladar lo sucedido, tras dos jornadas seguidas de protestas a sus puertas.
Pero lo que necesitan los afectados es un compromiso serio. Y éste tiene que llegar de la Administración como responsable subsidiaria que es del contrato. De momento esa respuesta no ha llegado. Este medio intentó ayer también obtenerla de la Delegación del Gobierno sin éxito. “La Administración debería informarse de a quién adjudica este servicio y tomar cartas en el asunto. Tienen que mirar muy mucho los fondos y la viabilidad de las empresas”, añadió Ruiz, por cuanto de él depende el alimento de los más de 700 residentes acogidos en el CETI.
La cifra que se les debe, esos más de 200.000 euros, va en aumento. Por eso han decidido parar la sangría hasta obtener una respuesta. “Esto nos puede buscar la ruina, es lo que nos faltaba, es un palo para el comercio ceutí”, añadió. Los pagos se han ejecutado tres meses después de recibir el suministro, así que los afectados se dieron cuenta de que se les estaban devolviendo los talones mucho tiempo después, cuando el daño causado era grave.
Caballas fue ayer la única formación política que se pronunció al respecto, exigiendo a las autoridades competentes que “tomen cartas en el asunto y actuen con celeridad y emergencia”, expone en una nota.  
“No se comprende cómo la adjudicataria se ha beneficiado de un contrato cuando esta es incapaz de hacer frente a sus obligaciones y pagos tanto a trabajadores como a proveedores, situación que viene siendo denunciada en los últimos días”, añade.

LAS CONSECUENCIAS

Las otras víctimas
Empresas que no cobran, ¿cómo van a pagar?
“Esto es una cadena”, reconoce Ruiz, y como tal si la adjudicataria del catering no paga, los proveedores tendrán complicado ir abonando los sueldos a sus propios empleados. “Si nos falta liquidez, algunos tendrán que retrasar el pago o pedir pólizas de crédito” para poder cumplir con los propios pagos a sus empleados. Es por eso que los afectados reclaman una intervención rápida de la Administración, que no puede seguir mirando hacia otro lado. Los proveedores son víctimas de lo que pasa, al igual que son los trabajadores contratados para ofrecer el servicio de comida en el CETI.

Los inmigrantes
Y sus quejas
Desde hace tiempo los inmigrantes del CETI protestan por el estado de la comida que se les ofrece. Sus quejas, se ve, tenían sentido, porque las condiciones en las que se está prestando el servicio no son las más aceptables. Ahora sus residentes tienen garantizado medianamente el alimento durante las próximas 48 horas, ¿después? Los proveedores lo tienen claro, por mucho que les duela no van a seguir suministrando sus productos. No es que no quieran, es que no pueden seguir así, aumentando una deuda que ya supera los 200.000 euros y de la que nadie responde.

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