La reforma del Paseo de La Marina, quizás la obra más importante –al menos la más vistosa– en la que está inmersa en estos momentos la Consejería de Fomento, acaba de cumplir sus primeros tres meses en el calendario desde que a finales de mayo arrancaran los trabajos al otro lado de las vallas. Aunque el acta de inicio de los trabajos se firmó casi un mes antes, no fue hasta
entonces cuando comenzó a ser efectiva la remodelación motivada por una sentencia judicial –la denuncia presentada por la propiedad de los garajes por las filtraciones de aguas y otros defectos estructurales– y envuelta en una controversia política que obligó, finalmente, a recortar de forma notable el objeto inicial contemplado en el primer proyecto.
Salvado el primer trimestre, Urbanismo ve con optimismo el ritmo de las obras y concluye que “van en plazo”. De hecho, miembros del equipo redactor auguran que en tan solo un mes, salvo inconvenientes de última hora, “se verán los primeros resultados definitivos” y los tramos totalmente reformados comenzarán a abrirse al público de forma escalonada “para que se pueda comprobar su estado definitivo y evitar más molestias a los ciudadanos”.
Ese avance permite mantener la fecha de diciembre como tope para dar por finalizada la totalidad de los trabajos que acomete Proyecon Galicia, adjudicataria tras presentar en su día una oferta valorada en algo más de 2,7 millones de euros. La fase más avanzada es la de actuaciones previas y demoliciones, que se encuentra al 70 por ciento y se ha centrado en levantar el pavimento y derribar estructuras. La segunda, clave porque es la que engloba las tareas de impermeabilización del firme –auténtica razón de ser de los trabajos– marcha al 50 por ciento. La tercera y última, la del acabado y colocación de la balaustrada y el mobiliario urbano, arrancará en apenas dos semanas. De hecho, el material completo se encuentra ya en los almacenes de la constructora.
No hay prisa en la última, asegura Urbanismo, porque el “fin principal es lograr una impermeabilización que sea total, y por muy bonito que quede el paseo si luego hubiera que volver a levantarlo sería un fracaso”. De ahí que en estos momentos buena parte de la obra se centre en realizar ensayos y pruebas de estanqueidad que confirmen que la humedad y las filtraciones a los garajes pasan a mejor vida. “En las obras los plazos no son matemáticos, pero se puede asegurar que estamos cumpliendo el programa previsto”, asegura el equipo redactor.
Un obstáculo inesperado en la pasarela
El único obstáculo que ha encontrado la constructora hasta ahora afecta a la pasarela que conectará el paseo con el Casino sobre la Avenida Compañía del Mar. Los trabajos allí ya han comenzado, pero sufren un “ligerísimo” retraso de dos semanas porque los operarios se han topado con un relleno más grueso del previsto y ahora deben perforar “a 15 o 16 metros de profundidad en lugar de a 10”. También han surgido problemas en el forjado superior del parking –la zona de las filtraciones– que Urbanismo atribuye a una combinación del efecto de la humedad y a defectos de origen.