“Los políticos no nos engañan, se engañan a sí mismos”

Este filósofo malagueño de fuertes convicciones morales, sociales y eclesiásticas, preside desde hace más de dos años Cáritas y hace malabares en su agenda cotidiana para atender todos los compromisos a los que se entrega con el único objetivo de conseguir mejorar la sociedad que le rodea. La situación es grave. Lo dice con aplomo después de muchos años dando su mano a enfermos de SIDA, inmigrantes, drogodependientes, personas sin recursos y todos los que se integran en el abanico de exclusión social “que cada vez es más amplio y del que nadie estamos a salvo”. Visita Ceuta para participar en las 11ª jornadas locales de la entidad y alaba el trabajo del equipo. Una curiosidad: dice que podría estar ahora mismo concentrado en Sol como indignado.
–Doce millones de personas en España pobres o en riesgo de serlo. Desalentador. Desde luego usted no es de los que se va a quedar sin trabajo visto el panorama y las necesidades de ayuda...
–Siempre decimos que en este tiempo de crisis la situación que tenemos en Cáritas es muy ambigua: sentimos el dolor de todas esas personas, pero también estamos contentos y esperanzados porque Cáritas refuerza su esfuerzo, genera proyectos nuevos, convoca nuevos voluntarios y logra la adhesión de nuevos socios y donantes... pero sin duda la realidad social es muy dura. Recientemente presentábamos un informe en el que quedaba probado que tenemos una sociedad donde la pobreza se ha extendido y se ha hecho más crónica y se está dando una sociedad cada vez más dual donde la diferencia entre los que tienen ylos que no es cada vez mayor con la desaparición de la clase media lo que significa un peligro de ruptura de cohesión social.
–¿Dónde podemos ir a parar si las cosas no se remedian?
–No soy adivino, pero sí que es verdad que la situación es grave y severa pero hay bastantes signos de esperanza. Hay que cambiar la mentalidad con respecto a cómo afrontamos los procesos. Hemos estado viviendo con una mentalidad de emergencia social y tenemos que ser conscientes que hay un cambio de modelo que tenemos que afrontar para que sea cada vez más justo y simétrico y que genere inclusión. Hay que construir desde abajo, desde pequeños proyectos para que vaya colonizando la estructuras sociales, económicas y políticas.
–Hablando de política usted se ha mostrado crítico con la clase política y defiende que la crisis es anterior a lo que nos han hecho entender. ¿Nos engañan o nos dejamos engañar?
–En 2008 presentamos un informe que hacía referencia a los últimos años del gobierno de Aznar y los primeros de Zapatero y en el que la fotografía de la pobreza social era muy nítida: España crecía mucho pero la pobreza había diminuido muy poco y la exclusión social se mantenía. La sociedad en general no avanzaba. Avanzaba mucha gente pero no toda la sociedad. Estábamos regular y ahora muy mal. Por tanto yo creo no que nos engañan, sino que se engañan a sí mismos. Cuando el período de acción de un político es para buscar el voto, para contentar a unos cuantos y siempre para mantenerte en el cargo o sin tener en cuenta a los más débiles sino a los que más presión hacen,...se engañan a ellos mismos, porque la política debe generar sociedad, igualdad y futuro a largo plazo. Y estamos ante una política de miras cortas.
–¿Qué solución plantearía el hijo de un carpintero para salir de la crisis?
–Un tal Jesús, ¿no?. Pues propondría darse totalmente, que el universo no fuera el universo del tener sino el de compartir, que no triunfaran los que más tienen sino que los últimos serán los primeros, que nos fijásemos en los que tienen alguna dificultad porque serán los primeros en el reino de los cielos y que nos  fijásemos más en querer a los otros por encima de a nosotros mismos.
–Preside lo que se denomina el brazo social de la Iglesia en una tarea que podría verse empañada por las connotaciones negativas que existen y las críticas a esta institución. ¿Es así?
–En absoluto, no estoy de acuerdo con eso porque la gran fortaleza de Cáritas es ser Iglesia, una Iglesia comprometida con mucha historia. En el ámbito de la pobreza se pueden decir muchas cosas incluso de un anticlericalismo muy fuerte, pero al final el amor, el compromiso y la bondad siempre vence a las palabras.
–¿Qué le han enseñado las personas a las que ayuda a diario?
–Me enseñaron a querer, a ser responsable de lo que uno hace, a saber que no hay nadie en el mundo tan sabio que no  tenga nada que aprender ni nadie tan ignorante que no tenga nada que enseñar, que nunca nos vamos a liberar sólos sino que las personas nos liberamos en comunión, me enseñaron que todos tenemos heridas y capacidad de sanación y en definitiva a ser más solidario y comprometido.
–¿Cuándo se acuesta lo hace con el alama agónica o satisfecha?
–Hace poco decía en un discurso que en Cáritas teníamos el corazón encogido por todo el dolor que hay pero eso es lo que nos hace capaces de dárnos y comprometernos. Cada noche me acuesto cansado, encogido pero también con esperanza.