Los pepinos españoles

Lo de Chacón no me extraña, pero sí me escandalizan los comentarios de que “no tiene carisma suficiente”, de que “hasta lloraba” o los que cuestionan su lealtad o su feminismo, como valores o afrentas, de igual modo que antes lo hacían con sus trajes, no porque a mí me vaya nada en la batalla, que no es mi hermana , ni mi líder sacramental, sinoL porque estoy más que harta de que, a media vuelta que te des en el baile de  la vida, ya te están despellejando, los que más decían quererte.                                                                                                                 
Ya ven esto es política, no se les olvide como acabaron Cesar o Marco Antonio o la simpar Cleopatra, pero ríanse de ellos, porque en los tiempos que estamos no se escatiman ni medios, ni principios, para conseguir los fines, si no vean la alcaldía de San Sebastián y cómo el que ha sido alcalde por veinte años, Odón, va a ser despojado , por el bien del partido, hasta de su acta de concejal , para pactar -el partido-por la alcaldía socialista, llevándose en el degüello, al menos otros dos concejales, elegidos por el pueblo.                                                                                                                                    
Te dan unas ganas de mandar las votaciones a hacer puñetas, que ya les digo, porque ustedes o yo, que metemos el voto con respeto, que creemos que podemos cambiar algo, que pagamos nuestros impuestos casi religiosamente y que nos hinchan las narices que los niñatos consentidos partan las papeleras , en plena apología del botellón, vemos que ya no servimos –políticamente- ni para esto, de meter un voto en las urnas y que valga para algo…¡Se quejaran –encima- muchos entendidos comentaristas, del millón de votos en blanco y de las muchas ausencias!.                                                                                    
Y es que los pepinos españoles ya no son lo que eran y ahora se discute en Alemania si son ellos los portadores de una bacteria mortal y puñetera, que mata a descerrajazo de diarrea sanguinolenta, sacándose el origen español de haber tomado cuatro al azar en unos mercados de Hamburgo.
Dirán – que ustedes son muy listos-que de los cuatro, tres eran españoles y que provenían de una empresa que solo se dedica a la exportación internacional y con ello nos quedamos más tranquilos, pero no , porque nuestros pepinos son como nosotros mismos, sufridos, trabajados de sol a sol , en los invernaderos, a cargo de las gloriosas y anónimas manos , de negritos de patera.
También es mala suerte, vayan ustedes a poner, que después de los follones que hay en Almería, después de aguantar tanta protesta por los inmigrantes , por los viveros, por el sistema social , tan aglutinado y revuelto, ahora los pepinos nos salen contaminados y los alemanes, esos que nos han hecho recortar lo irrecortable las subvenciones y los sueldos, van y nos pregonan, a los cuatro vientos de la comisión europea , como bacteriados o propagadores de bacterias pepinales.                      
Pues va a ser que no, arios y arias, ¿porque saben una cosa?... no lo tienen claro y eso para mí que es mala baba, porque puede ser que sean españoles o que no, que sean de Almería o de Málaga, ¡mira qué mala suerte para los andaluces, mucho paro, mucha inmigración, ni ver los euros y ahora los pepinos jorobones!… pero también podrían haber sido consumidos por gente que estaba viajando o ser pepinos procedentes de otros mercados de los países bajos…                                                                                                   
De todas formas, como en la renuncia de la Chacón, la cosa está jodida, porque ahora el gobierno español- en ciernes- como no lo tienen bastante liado con las municipales, con el golpe de tute del lendakari López y la renuncia televisada de la ministra , les vienen-a caldo- los nuevos oficios de investigadores, exigidos por la comisión europea y los turistas que se aproximan, ¡benditos ellos!, a nuestras tierras y playas, porque el Magreb está embroncado y confuso y no  es de pato y no se lo pueden comer al vapor, tendrán miedo de contaminarse, con un buen pepino español, comidito así en crudo o con un poquito de aceite de oliva, para que pase mejor por el tracto digestivo y como de la ministra, hablarán mal las lenguas viperinas y dirán que no tenía suficiente carisma y que no paraba de llorar.