Los monitores que trabajan a diario en las piscinas de los complejos deportivos ‘Guillermo Molina’ y ‘Díaz Flor’ estudian ya la posibilidad de iniciar movilizaciones para presionar a la Ciudad y que ésta interceda ante Arasti Barca, la empresa adjudicataria de los servicios, para que mejore sus condiciones laborales. Los 23 miembros del colectivo habían puesto sus esperanzas en la moción de urgencia que el PSOE presentó en el pleno del pasado jueves y en la que solicitaba la implicación de la Administración local en la redacción de un convenio colectivo de carácter autonómico que ponga fin a los “abusos” que aseguran padecer desde hace años.
Rechazada la propuesta al entender el Ejecutivo que no debe inmiscuirse en las relaciones entre trabajadores y empresa salvo que se desate un conflicto que afecte a la calidad del servicio prestado, la plantilla evaluará en las próximas semanas cómo reaccionar ante lo que consideran “el doble abandono” de la Ciudad, que es quien sufraga el contrato, y de Arasti Barca, quien abona las nóminas.
Elena Mateo, portavoz de los monitores deportivos, enumera a El Faro el listado de reclamaciones que intentan exponer sin éxito a la empresa, con la que aseguran que no mantienen contacto desde hace años, y a la Consejería de Juventud, Deportes, Turismo y Festejos. Entre ellas, diferencias salariales en tres nuevas incorporaciones a la plantilla que rondan “los 450 o 500 euros”, la negativa al abono de trienios o medidas “arbitrarias” como la que sufrió la propia portavoz, que asegura que tras una enfermedad y su posterior intervención quirúrquica vio cómo desaparecían 500 euros de su nómina.
“Todo eso lo hemos puesto en conocimiento de la Consejería, que nos dice que sí, que todo está en vías de solucionarse, pero al final no, nada”, denuncia Mateo, quien también protesta por la negativa de la empresa a aceptar una reducción de jornada laboral de las 40 horas actuales a las 38 o incluso las 37,5 de las que disfruta el personal funcionario. “Estamos muy cansados... Queremos que se impulse y se apruebe ya un convenio colectivo autonómico que nos respalde. Tan solo queremos luchar por nuestros derechos, porque algunos llevamos ya 13 años en la empresa sin ser escuchados”, insiste.
El colectivo también denuncia los sucesivos retrasos en el abono de las nóminas. “Todos los meses hay que ir a protestar, a reclamar que nos paguen en las fechas que deberían. Queremos cobrar los días 28 o 29, como todos los empleados públicos, y no tener que esperar al día 5 de cada mes”, protestan. De hecho, la paga extaordinaria de Navidad, aseguran, no se abonó hasta el 2 de enero. “Nos tuvieron todas las fiestas sin ese dinero”, recuerda Mateo.
Condiciones de trabajo
El otro caballo de batalla para los monitores de las piscinas es el del estado de las instalaciones, que tachan de “no muy bueno” o incluso “malo”. En el pleno del jueves salió adelante una moción que reclamaba la mejora de los sistemas de climatización del complejo ‘Guillemo Molina’, que han fallado en varias ocasiones durante los últimos meses. Mateo lo ratifica y asegura que las supuestas reparaciones no han evitado que el grado de humedad y la temperatura excedan los límites recomendables, perjudicando seriamente la salud de los trabajadores.