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Las estadísticas judiciales demuestran lo contrario
Día Mundial de la Infancia. Un puñado de comunicados servirá para poner el foco de atención en los menores, en sus derechos y en la protección obligada hacia ellos. En esa infancia también caben los extranjeros no acompañados denominados MENA, a los que las constantes campañas político-mediático-sindicales se encargan de criminalizar, achacándoles la responsabilidad de los sucesos aun sin que se demuestre su implicación. ¿Son ellos realmente los culpables de los asuntos clave en la ciudad?, ¿son ellos los que representan el principal problema en materia de seguridad?
Esta misma semana el sindicato UFP hacía público un comunicado en el que vinculaba MENA con inseguridad, llegando a concluir que “cometen toda clase de delitos”. Las estadísticas judiciales demuestran todo lo contrario. Son hechos objetivos, recogidos en las memorias basadas en datos, pero que no consiguen romper los prejuicios extendidos socialmente hacia este colectivo por culpa de conclusiones genéricas y sin fundamento. El perfil del menor delincuente escapa del MENA, ya que solo uno de cada tres menores condenados es extranjero y no todo extranjero tiene por qué ser MENA. De hecho hay un amplio número de jóvenes que no son menores, que cruzan la permeable y deficitaria frontera para delinquir, y que dicen serlo si son sorprendidos para que se les traslade al centro ‘La Esperanza’.
En el caso de condenas a menores, éstas se vinculan sobre todo a hurtos, en ningún caso asuntos de gravedad como pueden ser los robos con violencia o los homicidios, en los que el perfil de menor que ha participado es precisamente nacional y no extranjero.