El Rosh Hashaná continúa silencioso. Entre el ruido que generan las otras fiestas que gran parte de los ceutíes celebran, la comunidad judía, de mucho menor tamaño, sigue celebrando el comienzo del año 5771 desde la creación del mundo según su calendario.
Una celebración que concluirá hoy al anochecer, cuando termine el segundo día de la ‘cabeza de año’ de los hebreos. Ayer, antes de que el sol cayera, los judíos ceutíes acudieron frente al mar. Escogieron, como otros años, la cuesta del Recinto, frente al centro de salud de esa barriada. El motivo, está cerca de la sinagoga y tiene vistas directas al mar. Fue allí donde, dirigidos por el rabino de la comunidad, Yosef Benzaken, rezaron el Tashlij mirando a las aguas del mar Mediterráneo en lo alto de un acantilado. Tal y como se especifica en las escrituras sagradas de los judíos: “Y tu arrojarás todos tus pecados las profundidades del mar”. Se pide con esto a Dios un añoo de vida, bendición y paz, y que Dios cumpla las peticiones de los corazones de los creyentes.
Simbolizando esto, llegaba el momento de dar la vuelta a los bolsillos. Este era un modo de mostrar de manera simbólica la determinación de desprenderse de todas las transgresiones y enviarlas al mar. En Ceuta es posible celebrar este rezo en el mar. Sin embargo, “basta con que se vea el agua en un lago o un río, por ejemplo”, según aclaró el rabino de la sinagoga de Bet El.
Esta noche llegará a su fin el Rosh Hashaná, el año nuevo judío, pero las celebraciones continuarán. Ahora pasarán diez días hasta que el sábado de la semana que viene se celebre el Yom Kippur o Día del Perdón. Un día de ayuno en el que está prohibido trabajar, y en el que los judíos aprovechan para reflexionar sobre sus malas acciones en el año anterior, de manera que puedan comenzar el año nuevo de manera ‘pura’.