Debo de confesar que como trabajador nunca fui seguidor de los sindicatos. Creo recordar que no participe en ninguna huelga general organizada en España. Después de lo que estoy observando, cada día me siento más identificado de no pertenecer al movimiento sindica activamente, pero si estoy afiliado a un sindicato, no digo con esto que los sindicatos sean una mala influencia. Entiendo que son necesarios y que en algunas ocasiones, escasas, defienden los intereses de los trabajadores / as.
Pues nos encontramos en una de tantas situaciones que los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) piensan más en subvenciones que en el bienestar de los trabajadores / as de este país, hemos podido ver que tras la reunión de Zapatero con CCOO y UGT, salieron los secretarios generales de ambas centrales sindicales como un par de corderitos, dando un mensaje de complicidad con el Gobierno después de anunciar Zapatero las peores medidas que valla a tomar contra los ciudadanos Españoles.
El anuncio que dieron los sindicatos “Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) de poner en marcha los mecanismos internos y hacer realidad la «respuesta proporcionada y contundente» contra las medidas de ajuste del Gobierno, aunque la huelga general ha quedado aparcada”.
En el 2009, los dos principales sindicatos recibieron 193 millones. Nada ha importado la crisis, el paro y el enorme déficit del Estado a la hora de repartir este dinero. Además, el Gobierno ha sido muy equitativo puesto que ha repartido esta cantidad casi por igual a UGT y CCOO. La organización de Méndez recibió 96.117.904,59 euros y un poco más, 96.183.980,70 euros, el de Fernández Toxo. Con estas cifras es lógico que ninguna de las dos centrales sindicales quieran ponerle mala cara al Gobierno.
El Partido Popular se compromete a recortar el gasto público y reducir los sueldos de los políticos igual que el Gobierno.
El Decreto Ley del Gobierno es improvisado, es impuesto a la sociedad española, injusto e insuficiente porque no sirve para la recuperación económica y la creación de empleo. Se reduce gasto de manera indiscriminada e injusta pero no se adopta ninguna medida para relanzar la economía española, crear bienestar, riqueza y empleo.
El Partido Popular no va a apoyar una congelación de las pensiones. Van a presentar mociones en todas las CCAA exigiendo que se cumpla el Pacto de Toledo. El Partido Popular tiene derecho a opinar y a que se le escuche, y el Ejecutivo no puede actuar de manera dictatorial. El Gobierno de Zapatero ha abdicado y dimitido de sus responsabilidades. Lo único que nos ha dicho es que va a seguir porque tiene la mayoría suficiente.
Zapatero debe explicar en el Congreso sus intenciones de futuro, su programa de gobierno para los próximos dos años y con qué apoyos cuenta. Tiene que aprobar las reformas que necesita España y realizar políticas que generen empleo.
El Partido Popular exige a Zapatero que haga reformas, no recortes sociales, no le puede dar un cheque en blanco. “El Partido Popular no apoyara la congelación de las pensiones de nuestros jubilados”.
Cuando el Partido Popular le propuso a Zapatero pactar el déficit, dijo que no. Se encontramos con un plan de reducción del gasto que no ha sido pactado y donde se recortan derechos sociales.
El Partido Popular exige la revisión de todas las subvenciones públicas estatales, incluidas las que favorecen a partidos políticos y fundaciones ligadas a ellos, a sindicatos y a empresarios.
Zapatero sigue sin proponer ninguna medida que estimule el crecimiento económico y la creación de empleo. España se ha quedado sin gobierno, Zapatero ha quemado su programa político y Bruselas ha intervenido su política económica, sigue sin rectificar, prefiere hacer recortes sociales en vez de hacer las reformas necesarias,
Zapatero se obstina en evitar la reforma laboral que permitiría volver a crear empleo, se niega a suprimir los ministerios de Igualdad y Vivienda como el Partido Popular y la mayoría del Congreso le ha exigido. El gobierno socialista tiene más de 600 asesores que puede recortar antes de bajar el sueldo a los funcionarios.
Los recortes de Zapatero se podrían haber evitado si el gobierno socialista no se hubiera gastado el dinero de los pensionistas y los funcionarios en unos Planes E que han aumentado el déficit y no han solucionado el paro. Los recortes son más graves de lo que dice porque coinciden con la subida del IVA.
Con Zapatero, España ha pasado de presidir la Unión Europea a ser presidida por la Unión Europea. Un gobierno sin programa político ni capacidad económica debe dimitir y convocar elecciones. El actual gobierno socialista fue elegido mintiendo a los españoles negando la crisis y ahora carece de credibilidad para afrontar la recuperación. Zapatero ha roto todas las promesas de su campaña electoral. Ni pleno empleo, ni revalorización de las pensiones, ni ayuda a las madres, ni los 400 euros, ni mantener los sueldos públicos. La política económica del gobierno socialista la dirigen desde Bruselas.
La incontinencia despilfarradora de Zapatero, su incapacidad para hacer reformas y tomar decisiones y su resistencia a admitir las propuestas del Partido Popular han dejado a España sin autonomía económica. El gobierno socialista lleva dos años sin haber sido capaz de realizar una sola de las reformas que España necesita, ni la reforma financiera, ni la laboral, ni la educativa, ni la de Administración.
Zapatero es responsable de esta crisis por su política suicida de gasto incontrolado para mantenerse en La Moncloa. El gobierno socialista lleva dos años intentando encubrir su fracaso con despilfarro, propaganda y persecución a la oposición.
Ha sepultado a España en medio de la Tormenta Perfecta de una triple crisis económica, institucional y social. Su despilfarro ha arruinado una economía española floreciente y ha llevado a casi 5 millones de personas al paro. Ha politizado todas las instituciones del Estado para acosar a la oposición y distraer la atención de la opinión pública de la crisis. Ahora recorta los derechos sociales de los más débiles sin recortar primero el gasto de su propio gobierno. Es incapaz de resolver los problemas que él mismo ha creado, quiere gastar menos en la ayuda que damos a los que lo están pasando mal pero no abordar el verdadero problema.
Recortar el gasto social sin reducir ministerios, asesores, subvenciones y sin medidas para la economía productiva es ir a ninguna parte. Rebajar las pensiones es socialmente injusto y además contrario a la ley. Los españoles tienen derecho a decidir en las urnas las medidas y el gobierno que quieren para salir de la crisis.