Invertimos en tu futuro y Una manera de hacer Europa. Son los lemas que encabezan los carteles que flanquean la entrada de un número creciente de comercios en la ciudad, resumiendo el espíritu de los planes Feder (Fondos Europeos de Desarrollo Regional) y FSE
(Fondo Social Europeo), los dos grandes canales que distribuyen los programas de solidaridad e impulso económico de la Unión Europea. El sector empresarial local no es ajeno a ellos. De hecho, esas placas identifican a todos los negocios que se han beneficiado, en alguna medida, de las ayudas comunitarias. Y eso, en época de recesión y en una ciudad con recursos limitados, puede llegar a ser el espaldarazo definitivo que necesita cualquier emprendedor.
El balance es esclarecedor. Sólo el primero de los programas, el Feder, ha logrado en una de sus áreas de actuación –la orientada hacia la creación, ampliación e inversión para la modernización de empresas– que Ceuta cuente con 91 nuevas sociedades desde 2007, el año de arranque del periodo que se cierra al término del actual ejercicio. Son las mismas que se han acogido a las ayudas que concede la UE en colaboración con la propia Ciudad, contribuyendo ambas al impulso de nuevos negocios en una proporción del 80 y el 20 por ciento, respectivamente. Esas cifras, registradas a lo largo de seis años –los datos están contabilizados sólo hasta finales de 2012– implican que Ceuta ha visto nacer más de una empresa al mes gracias al respaldo de las administraciones europea y local.
Sólo en el último ejercicio, el importe total para la creación, ampliación e inversión en modernización de empresas ha movilizado un montante de casi 637.000 euros. Esa cantidad forma parte de los 7,8 millones presupuestados en ese apartado para el periodo 2007-13 y del total de más de 26,8 millones en que fijó la Comisión Europea en su día los fondos que recibiría la ciudad a lo largo de la vigencia del programa. Además de las 91 empresas creadas, el resto de ayudas han beneficiado a otras 239 ya existentes y han favorecido el alta de 266 trabajadores en el Régimen Especial de Autónomos, convirtiéndose en una alternativa al trabajo asalariado.
La gestión, a través de Procesa
Procesa, la sociedad de fomento de la Ciudad Autónoma, es quien ejerce de nexo de unión con los emprendedores que deciden iniciar su aventura empresarial y necesitan apoyo para el siempre arriesgado primer paso. Por sus manos pasa, por tanto, toda la gestión, tramitación y concesión o denegación de las ayudas. Su directora gerente, Kissy Chandiramani, no duda al afirmar que los programas financiados por la Unión Europea se han convertido en un estímulo “vital para la ciudad, como así constatan todos los actores económicos representados en el Comité de Seguimiento Local”.
¿Qué se exige a los posibles beneficiarios? En primer lugar que la solicitud de ayudas se presente siempre antes del inicio de la actividad, circunstancia que deberá ser certificada mediante acta notarial. También que estén al corriente de los pagos a la Agencia Tributaria y a la Seguridad Social y que no hayan destruido empleo en los seis meses anteriores a la solicitud en el caso de que se trate de una nueva línea de negocio o ampliación de las existentes . Una vez presentada ésta, el Comité de Seguimiento –están representados la propia Procesa, los sindicatos y los empresarios– la valora y la aprueba o deniega tras el preceptivo periodo de exposición pública y posibles alegaciones.
En todo ese proceso juega un papel fundamental Procesa. La sociedad que dirige Chandiramani aporta, como subraya, “su dilatada trayectoria en la gestión de los expedientes, facilitando los trámites al interesado: desde el primer contacto en busca de información hasta las inspecciones finales previas al cobro de las ayudas”. Y en ese punto la experiencia juega a favor: “Son muchos años trabajando y nuestros técnicos conocen a la perfección todos los requisitos y los trámites”. Esa eficacia en la gestión ha sido reconocida en las sucesivas reuniones de los comités de seguimiento, que han destacado el alto grado de cumplimiento de los objetivos marcados.
La crisis eleva las peticiones pese al frenazo al crédito de los bancos
Las negras perspectivas del mercado laboral en una de las ciudades con mayor tasa de desempleo de España ha provocado que cientos de ceutíes se hayan planteado la opción del autoempleo constituyéndose en empresarios. Y cada vez más. Kissy Chandiramani, directora gerente de Procesa, confirma que “el número de peticiones de ayudas para iniciar una actividad ha aumentado mucho en los últimos meses”. El perfil predominante es de “un autónomo que tiene un proyecto de microempresa del sector servicios en el que, por regla general, es él el único que percibe una renta”. Detrás de ese crecimiento se esconde la explicación de que Ceuta registre uno de los mayores crecimientos porcentuales de altas de autónomos de toda España. Pero la crisis también ha generado obstáculos. Por encima de todos, el de la banca, que hasta ahora se encargaba de adelantar a los emprendedores las ayudas concedidas y Procesa se las abonaba más tarde, generalmente un año después. Con el grifo del crédito cerrado, Chandiramani reconoce que es “un problema”, ya que hay casos en los que el nuevo empresario no encuentra quien le adelante las ayudas ya concedidas para iniciar la actividad.