Seguridad sin desagües
La Ciudad realizó labores de acondicionamiento de la explanada del viejo Parque de Artillería con antelación a la llegada de los feriantes. Unos trabajos consistentes en allanar lo más posible el suelo, de tierra y piedras, así como dotarlo de luz y agua corriente. Además, la parcela destinada exclusivamente a los feriantes y sus familias, cuenta con un servicio de vigilancia y asistencia de 24 horas, con dos puertas de entrada y salida.
Los encargados de realizar esta labor son los trabajadores de AMGEVICESA, que se reparten la jornada en tres turnos diarios y que deberán velar porque en la explanada tan solo entren los feriantes, sus familias y trabajadores, en especial cuando arranque esta noche la Feria, que será cuando buena parte de las familias se trasladen hasta el recinto ferial para trabajar cada uno en sus respectivos negocios.
La imagen de la parcela, completamente vallada, es de un lugar de paso, con un reparto caótico de caravanas de todo tamaño, camiones y tráilers. No hay mucha gente fuera de ellos, la gran mayoría se encuentran en el recinto ferial, y los pocos que se pueden divisar, sobre todo mujeres y niños, se dedican a realizar labores tan comunes como la comida, tender o ver la televisión.
De conversación amable, aunque prefieren no dar nombre, reciben el cambio de ubicación con recelos. Por un lado, algunos reconocen que esta nueva parcela “es un buen lugar”, sobre todo, por la seguridad: “ya no estamos pegados a la carretera, con el peligro que ello conllevaba para los más pequeños”. Sin embargo, todos coinciden en que la explanada del viejo Parque de Artillería “no está preparada para que se alojen familias”. En este sentido, incluso aseguran que “parece que han sacado las vacas y cabras, han pasado un tractor para arreglar un poco el suelo y nos han metido”. Los feriantes destacan la “falta de desagües”, para ello, “muchos de nosotros hemos comprado mangueras y las hemos llevado hasta los límites de la parcela”, puntos en los que se deshacen de las aguas fecales que acaban vertidas en el suelo. Sin embargo, en la entrada superior de la parcela los feriantes cuentan con un punto de recogida de aguas negras. Este hecho les supondría tener que acarrear sus aguas fecales y deshechos desde las caravanas hasta el mecionado punto de recogida de aguas negras.
La Portada queda vetada para los negocios
La Ciudad Autónoma de Ceuta ha decidido reorganizar la distribución del recinto ferial con el objetivo de mejorar el espacio disponible. Unos cambios que afectan directamente a los feriantes que han visto como sus caravanas han sido reubicadas en el viajo Parque de Artillería. Asimismo, la Ciudad tambíen hizo saber a la Asociación de Empresarios Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla que en la Portada del recinto “y a lo largo de toda ella, no podrá instalarse ningún tipo de negocio”. Y, además, Festejos dará licencias de instalación “a un número determinado que afecta al Gremio de Alimentación, Helados y Churrerías”.
Una media de 2.500 euros por feriante para cruzar
Los feriantes que continúan apostando por trabajar en las fiestas patronales de Ceuta destacan que uno de los principales retos que han de afrontar “es el coste de los billetes del barco”. El equipo mínimo con el que suelen viajar se compone de un camión, el de la atracción, y dos caravanas, una para la familia y otra para el empleado. Vehículos todos que varían en sus tamaños. Y a esto hay que sumarle las personas, entre cinco y diez. Por este motivo, el precio del billete del barco que asumen ronda los 2.500 euros, ida y vuelta, con un máximo de 6.000 euros.
“Esperamos no irnos con una mano delante y otra detrás”
La frase que más se pasea por las mentes de los feriantes es: “no está la cosa para mucha fiesta”, pero, tal y como reconocen abnegados, “no nos queda otra”. Según la percepción de los empresarios feriantes, cuyo mantenimiento depende directamente de los bolsillos de los ciudadanos, “este año se nota mucho más la crisis. El año pasado fue mejor, pero este 2012 está siendo peor”.
Unas previsiones negativas que también trasladan a las fiestas patronales de Ceuta: “El precio que tenemos que pagar por venir es el mismo que en años pasados, sin embargo, el tiempo para amortizar esta inversión es menor, tan solo tenemos cinco días”. Un recorte en la duración de las fiestas que incluso provocó una intensa negociación entre Ciudad Autónoma y Asociación de Empresarios Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla, incluso con amenazas de estos últimos a no acudir a la cita caballa. Un hecho al que suman otra incógnita, “los cinco días de Feria coinciden con que los musulmanes estan en pleno mes sagrado de Ramadán. Por eso, no sabemos cómo funcionará este año Ceuta”.
Además, como la experiencia es un grado, los feriantes hacen un repaso de lo que llevan de trabajo este 2012, y la tendencia no es positiva. La gran mayoría da el pistoletazo de salida a la temporada de trabajo con la Feria de Sevilla en el mes de abril. “Sevilla es siempre la primera, y la más grande de todas las ferias en las que trabajamos, por eso, si Sevilla falla, sabemos que el resto de fiestas también pueden fallar. Y este año, Sevilla, ha bajado mucho”. Y es que, como anuncian los feriantes, “en la Península la cosa está fatal”.
Por estos motivos, todos los feriantes que este año han regresado a Ceuta “cruzamos los dedos” para que a la hora de hacer cuentas en el barco, mientras abandonan Ceuta y ponen dirección a otra Feria, el balance sea positivo “y no nos vayamos con una mano delante y otra detrás”; incluso, los hay más optimistas que esperan que “el viaje nos salga lo comido por lo servido, como mínimo”.
Hay que tener en cuenta que las familias feriantes se componen de una media de cinco personas, las cuales viajan todas juntas a las distintas localidades en fiestas y, por lo general, un empleado que también les acompaña pero que no vive en la misma caravana, lo que encarece aún más el trabajo. La temporada de ferias arranca, tal y como hemos indicado, con anterioridad en el mes de abirl en Sevilla, y a partir de ahí comienzan a hacer kilómetros por toda Andalucía para terminar entre los meses de septiembre y octubre. A partir de ahí, a vivir de lo ganado hasta el año que viene.
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