“Los del PP dicen que soy rojo y los del PSOE que soy facha. Soy Pepe, no PP”

Ramos dice que no seguirá la próxima legislatura y defiende el trabajo de la FPAV como herramienta de diálogo entre político y ciudadano “siempre consiguiendo cosas sin necesidad de reivindicar o gritar”

Ha adquirido templanza y se siente más que nunca presidente vecinal, pero tras ocho años anuncia que se va porque cree que ya ha cumplido el compromiso. La seguridad de los vecinos es lo que más le preocupa en la actualidad y su cerebro no para de trabajar pensando en el cumplimiento de las necesidades de los vecinos ceutíes. En el fondo de la sede de la FPAV, en pleno centro de O’Donell, Pepe Ramos pasa horas. Firma, lee, sella, formula, escribe, recibe, habla y siente que el movimiento vecinal en Ceuta tiene mucho que decir, pero siempre “de buenas maneras”.
–Rompamos el hielo. Hay quien le acusa de estar vendido al PP. ¿Tiene algo que decir?
–La gente del PP dice que soy rojo y la del PSOE que soy facha. Nadie me podrá demostrar nunca que estoy afiliado a algún partido. ¿Qué yo soy más cercano al PP? No. Yo soy más cercano al gobierno de la Ciudad pero porque no tenemos más narices que negociar con él. Yo lo que puedo decir es que todos los partidos quieren lo mejor para la Ciudad y nosotros tratamos con ellos porque nos subvencionan y nos fiscalizan. Aquí jamás se han abierto las puertas a ningún partido. Invitamos a todos. Pepe Ramos es Pepe, no PP.
–También hay lenguas que echan en falta la capacidad reivindicativa del movimiento vecinal...
–No hace falta que salgamos en los medios gritando para conseguir lo que queremos. Nosotros nos sentamos, decimos lo que hay que decir y si se va cumpliendo es lo que nos importa. En el Plan Aparca hemos estado ahí más que nadie, en la seguridad también... Se puede reivindicar con buenos proyectos, buena educación y buenas maneras tal y como dijo Vivas en la gala de la Federación en Navidad. En el movimiento vecinal de Andalucía somos ejemplo y ellos mismos dicen que algo están haciendo mal con tanto reivindicar y manifestarse y no conseguir nada.
–Por ejemplo en seguridad. Nos llegan denuncias constantemente de los vecinos que se sienten inseguros.
–Queremos que la policía venga a las calles y eso es cuestión de voluntad política.
–¿Desde que ha llegado al cargo nota  que se ha incrementado éste problema?
–No. Son momentos puntuales y hemos vivido en más ocasiones estos repuntes de inseguridad. Ahora se ha incrementado porque hay muchos coches abandonados.
–Muchos otros no lo son.
–La mayoría sí. Robados. Los desguazan y los queman para quitarles las huellas. La planta de transferencia no permite muchos, el parque móvil está hasta arriba y todo son problemas. Nos han dicho que en el primer trimestre del 2011 iba a quitar todos los coches y el delegado de gobierno nos ha dicho que los coches de la policía iban a estar en nuestras calles y se bajarían los agentes a patrullar. En el año 2.000 la policía de proximidad funcionaba. Ahora dicen que no es viable, pero entonces funcionaba.
–¿Se va a recuperar o no?
–Ahora el compromiso de la Ciudad es optimizar los recursos económicos y humanos para que en una barriada haya seis coches y en otra ninguno. El compromiso es llegar a la barriada en coche, Aparcarlo y caminar por la barriada unos minutos y seguir así barrio por barrio. Es es el compromiso adquirido y quien nos ha llamado ha sido el delegado de Gobierno para atajar el problema de una vez por todas.
–Pero ese compromiso no se está cumpliendo...
–En algunas barriadas si y en otras no. Yo en mi barriada he visto a policías pasear. ¿Qué no se está cumpliendo a lo mejor a rajatabla? Bueno, para eso ya hemos pensado poner en marcha una serie de encuestas en todas las barriadas para comprobar el grado de cumplimiento. Y luego ya actuaremos. No queremos crear caldo de cultivo. Si tras la realización de encuestas vemos que no se realiza, actuaremos en consecuencia siempre con educación.
–¿Tiene fuerzas para seguir?
–No. Honestamente yo creo que ya mi ciclo ha terminado aquí. Que entre sabia nueva. Muchas horas fuera de casa, mucha incomprensión. Trabajo, trabajo, trabajo y hacerlo bien para que las instituciones confíen en nosotros,  que lo hacen, porque saben que aquí trabajamos bien.
–¿Lo deja?
–Sí. Lo sabe mi familia y mis amigos.
–¿Sin vuelta atrás?
–Sin vuelta atrás. Tampoco quería presentarme la última vez pero bueno, lo hice para consolidar las Brigadas Verdes, finalizar otros asuntos... pero ya no. Nadie es imprescindible. Cuando se fue Gregorio igual se pensaba que no se podría pero se sale adelante. La FPAV es otro mundo, no como la asociación vecinal. No puedes faltar un día porque se acumula mucho trabajo y desgasta mucha energía, coco... comenzamos con 35.000 euros de subvención y ahora tenemos más de cuatro millones de euros. Estamos encantados de que 152 familias tengan nómina gracias a la FPAV y por supuesto con la ayuda de la Ciudad. Ellos han confiado en nosotros, al igual que Delegación, y nosotros en ellos y no creo que les hayamos decepcionado.
–¿Cómo le gustaría irse?.
–Como he entrado. Trabajando hasta el último día y comprometido. Por eso sigo hasta el final.
–¿Qué debe traer en la maleta el que agarre la batuta que deja?
–Lo que él crea conveniente. Cuando yo entré aquí estuve dos días sin dormir porque no sabía lo que se me venía encima, pero realmente no tiene ningún secreto. Tus carencias las suples con gente válida en ese campo. Hoy por hoy soy el presidente de la FPAV y me siento presidente y hace unos años no me sentía. Pero a mí la FPAV me ha aportado mucho, he conocido a mucha gente y me ha dado mucha templanza que yo me tiraba en el fango a menos que nada. Y aprendes a ser más humano, porque viene la gente con muchos problemas y te hace ver que hay cosas importantes. Vienen a que les escuches, a pedir ayuda y con problemas muy graves.
–¿Sacude la crisis a los ceutíes?
–Muchísimo. Se nota mucho. Aquí vienen a dejarnos curriculums casi a diario y nosotros hoy por hoy tenemos a las Brigadas Verdes, que se cierran y luego cuando hay apertura son del pacto Territorial de Empleo y nosotros cuando podemos...
–¿Y del famoso enchufismo de esas brigadas qué hay de cierto?
–¿Qué enchufismo? Mira en 2007 propusimos un proyecto que había funcionado mal en córdoba para unas 35 personas. La Ciudad decide ponerlo en práctica tres meses y salió bien y dijeron que adelante teniendo en cuenta el Pacto Territorial de Empleo. Gente del Movimiento vecinal y de la ciudad autónoma pero tenemos que tener a gente vecinal para conseguir una mayor implicación. Hoy por hoy lo que es cierto es que se han ido implicando todos.
–Entonces hay.
–Explícame qué es enchufismo.
–Pues por ejemplo meter a gente del movimiento vecinal para conseguir mayor implicación en el proyecto.
–Hombre, en el año 2007 ... ¿Es nuestro proyecto y no va a entrar nadie de los nuestros? ¿No le das de comer a tus hijos para que se lo coman los hijos de otro? Pero de allí para acá todo ha sido Pacto Territorial
–¿El momento más bonito que recuerda de estos ocho años?
–Hemos conseguido muchas cosas. Para eso estamos aquí. Para ayudar al vecino. Eso es siempre es lo mejor. Yo recogí la Medalla de la Ciudad, el galardón más importante que entrega. En aquél discurso era todo alegría y reivindicamos además delante de dos mil personas la estafeta de correos. Reivindicamos cuando hace falta. Lo quiero dejar claro. Igual los que dicen que no lo hacemos son personas que han estado con nosotros hasta hace poco. Que saben como trabajamos y vamos consiguiendo cosas.
–Lo más doloroso...
–Si hubiera algo que me causara un prejuicio doloroso me hubiera ido, pero siempre recompensa mucho más ayudar al vecino. Es agotador, eso es evidente, apenas me quedan horas para estar con mi familia. Quizá lo peor sea la incomprensión de los que ya te conocen. Cuando se partió aquella tubería con un movimiento sísmico y trabajando hasta las cuatro de la madrugada, aquellas inundaciones... doloroso, nada.
–¿Cómo es el vecino ceutí?
–Muy bueno, tanto que parece tonto y acoge al de fuera con los brazos abiertos. Como en mi caso que llevo aquí prácticamente toda mi vida. Pero participa muy poco, eso es lo único que no me gusta.
–¿Y el político cómo es?
–Hay de todo. Habrá algunos más comprometidos y otros menos, pero estoy convencido de que todos quieren lo mejor para Ceuta.