Parque Ceuta cambia de manos. La división inmobiliaria de Morgan Stanley, que se hizo con él en 2006 en alianza con Grupo Lar, plegó hace dos días definitivamente velas en España y se deshizo del último centro comercial que aún quedaba bajo su control, tal y como hiciera en junio pasado con los de Sevilla, Alicante y Cuenca.
Los nuevos propietarios, el fondo de capital riesgo HIG, ha puesto esta semana sobre la mesa 18 millones de euros, unos 3,6 millones menos del montante en el que se cerró la misma operación hace ocho años, y coge el timón de uno de los pulmones económicos de la ciudad gracias a sus 3,5 millones de visitantes anuales.
¿Y ahora qué? Aunque la estrategia empresarial de los nuevos propietarios está aún por desgranar, todo apunta a que HIG optará por una línea continuista. “Se mantiene todo igual y no se prevén cambios”, confirmaba ayer a El Faro Jesús Ferreiro, gerente de Parque Ceuta, quien emplaza a la presentación que tienen previsto convocar en unas semanas los directivos de la compañía, que ya visitaron la ciudad antes de dar por finiquitada la operación de compra. De la misma opinión es José Galán, director de Eroski, la cadena de distribución que ejerce como locomotora y primer motor del parque: “La sensación es de tranquilidad y el cambio de propiedad no debería afectarnos. La experiencia nos dice que todo lo que sea un cambio para mejorar es positivo. Los contratos de alquiler seguirán en vigor”.
Pero no todas las aguas bajan tan mansas como aparentan. Las principales firmas nacionales instaladas en el centro comercial, casi en exclusiva del sector textil, guardan silencio y remiten a sus direcciones en Madrid. El sondeo entre las restantes aflora problemas no resueltos y diferencias de criterios con los ya ex propietarios que, confían, deberían entrar en vía de resolución cuando HIG desvele cómo pretende gestionar su nueva adquisición. Antonio León regenta desde la inauguración del recinto, en 2002, el parque infantil y de ocio Vid Boys. Su diagnóstico revela las inquietudes de buena parte de los propietarios de los establecimientos que pueblan el centro comercial, los que las exponen en público y los que prefieren hacerlo desde el anonimato. “La propiedad anterior nos ha tenido olvidados. En su búsqueda sólo de rentabilidad nos han mirado más como números que como profesionales del sector”, lamenta canalizando las quejas de varios de sus compañeros de travesía empresarial.
¿De qué se queja el sector? Aunque la lista incluye un ramillete de reivindicaciones, el primer argumento que se oye es coincidente: el parking de pago está golpeando al consumo. “Mi negocio, que según las encuestas es después de Eroski el segundo motor del centro comercial, se basa en buena medida en la celebración de fiestas de cumpleaños para niños. Si el aparcamiento gratuito está limitado a un periodo de tiempo muy corto, el cliente opta por no venir. Estamos en crisis y la consigna del público es gastar lo menos posible”, reconoce León, que tasa en un 30 por ciento la caída de ventas desde que la clientela pasa por caja por aparcar. Otro de sus compañeros, con décadas de experiencia comercial a sus espaldas, coincide en que “los propietarios en ese asunto han dado muestras de inamovilidad” y alerta de que “es la causa directa de que se estén cerrando establecimientos” y de que haya otros que estén pensando echar el cierre. “Es muy sencillo darse cuenta de cómo ha afectado: antes para aparcar tenías que irte hasta la columna 13 o 14 y ahora llegas y hay sitio sin problemas en la 9”, destaca como ejemplo.
El listado de quejas apunta también a la escasa oferta de ocio y hostelería, que suelen ejercer como reclamos en los principales centros comerciales de la península. “Desapareció el cine, no hay restaurantes salvo el Burger King y una pequeña cafetería. Así no hay forma de fomentar las visitas. Y si encima a quien viene a gastarse 400 euros en ropa le quieres cobrar el parking, apaga y vámonos”, lamenta la propietaria de otro de los locales.
El precio de los alquileres, denuncian, también evidencia que Morgan Stanley apostaba únicamente “por la rentabilidad pura y dura del negocio”, sin asumir “que se fijaron en una época de grandes ventas que no tiene nada que ver con la actual”. Y son concluyentes: “Pueden seguir gestionando como prefieran, que para eso son los dueños, pero igual hay quien opta por abandonarles...”.
Un “gran potencial”, según la CECE
Al margen de las líneas maestras que guíen a partir de ahora la estrategia del fondo de capital riesgo que asume las riendas de Parque Ceuta, la patronal local está convencida de que la operación cerrada esta semana evidencia el “gran potencial” que atesora el recinto. El presidente de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), Rafael Montero Ávalos, destacaba ayer que “la noticia de que un grupo internacional de esas características desembolse esa cantidad quiere decir que Ceuta interesa, que no todo lo que se genera en esta ciudad es malo, como a veces puede aparentar”. El centro es también uno de los principales focos de atracción para el pujante turismo marroquí y eso, a su juicio, “no escapa a nadie, y mucho menos a estas grandes empresas, que analizan todos los datos antes de desembarcar y habrán percibido posibilidades de negocio”. Con casi 15.000 metros cuadrados, Parque Ceuta extiende su radio de acción, según datos propios, a unos 125.000 potenciales clientes, incluyendo a los residentes en el norte de Marruecos.