La Real Academia de Gastronomía (RAG) aboga por introducir en las escuelas una asignatura que enseñe a los niños a comer sano, y su presidente, Rafael Ansón, asegura que el gazpacho “es tan importante como una catedral. Igual que educamos la vista y el oído, con artes plásticas y la música, tenemos que educar el gusto, el tacto y el olfato para la alimentación”, dijo Ansón.
“La mala alimentación de los niños, no por hambre sino por exceso, está generando consecuencias como la obesidad, la diabetes, el colesterol, que ocasiona miles de millones de gastos en sanidad”, alertó. Así, los colegios públicos de Ceuta y Melilla serán los primeros en introducir en septiembre próximo en las aulas de primaria la asignatura de gastronomía y la educación del gusto, según dijo Ansón.
“Por tanto, tenemos que conseguir que nuestros hijos y nietos aprendan a comer: primero, por calidad de vida, por su propia condición de personas, pero también por razones económicas, porque realmente no hay sistema sanitario que soporte los gastos” que generan las enfermedades que ocasionan, según dijo.
El presidente de la RAG se congratuló por la decisión del Congreso de los Diputados de declarar la gastronomía española “un bien de interés cultural” que debe ser preservado, y a la vez abogar para que “se incorporen los conocimientos de alimentación, los conocimientos de la gastronomía y de la educación del gusto al sistema educativo”. Antes, las familias transmitían el gusto y el conocimiento por el comer sano, pero ahora “no enseñamos a los niños a comer”, afirma Ansón.