La primera de las cuatro permitidas este mes se salda con seis piezas de una población “que aumenta y causa daños” Balance positivo a pesar de que. Casi un centenar de personas participaron ayer en una batida de jabalíes que la Consejería de Medio Ambiente ha permitido de forma excepcional por daños de la especie a la fauna y al entorno. Desde la Sociedad de Cazadores, su presidente, Antonio López, explica que las excepciones deberían ser más habituales “porque el cochino cría durante todo el año, la población sigue aumentando y con ello los daños”. La administración ha sido flexible y les ha escuchado tanto a ellos como a la Federación de Cazadores y ellos piden que esa flexibilidad siga existiendo más adelante. “Que escuchen lo que tenemos que decir que es realmente sencillo: es posible y necesario llevar a cabo este tipo de batidas con todas las garantías de seguridad y nuestros montes lo necesitan porque hay un exceso de jabalíes en ellos”. En concreto, se supera el centenar con creces y eso “puede provocar accidentes por las pistas como ya ha sucedido y degrada la flora y la fauna porque ellos comen de todo”.
Han solicitado la posibilidad de aplicar la modalidad de “caza en mano” pero la respuesta ha sido negativa por “falta de seguridad”. No les ha convencido el argumento y seguirán insistiendo porque creen “que no es necesario hacer este despliegue de medios en el que colaboramos unas 80 personas entre personal de la Sociedad, de Obimasa y de Medio Ambiente y de esta manera podríamos ir controlando esta población los jueves, viernes, sábados, domingos y festivos al igual que se lleva a cabo la caza menor”, argumenta López. A su lado, varios compañeros asienten e incluso dicen que “es más peligroso si no nos lo permiten en términos de seguridad y en un espacio tan acotado, disparar a la perdiz porque a veces tienes que tirar a lo alto, que al jabalí”. Del centenar de solicitudes que se presentaron para participar en la cacería, tan sólo había 38 puestos en los que se dividen las cuatro cacerías que se llevarán a cabo este mes. En diciembre hubo otra que se saldó con un total de 12 piezas entre las cuatro batidas. “Es lo que sucede, que esta modalidad no permite acabar con muchos ejemplares, pero si en las tres que quedan conseguimos el número de hoy, nos damos por más que satisfechos”, explicó López. Los primeros llegaron a las siete de la mañana y a las 8 comenzó en sí la batida. Casi 70 perros acompañaban a los cazadores que uno a uno se fueron colocando en sus puestos y muchos acudieron para seguir de cerca los movimientos y escuchar desde puntos estratégicos los ladridos, disparos y todo tipo de señales que iban comentando entre sí. Cinco horas después, tres pitidos desde lo alto de la lastra, indicaban el fin de la jornada porque ya no había rastros a pesar de que algún perro insistía en seguir ladrando y que algún cochino quedaba en la zona. “Siempre suelen estar por el Renegado y sus alrededores, son muchos y en Ceuta tenemos el problema del pequeño espacio y de que al ser una población tan específica podrían darse enfermedades derivadas de la consanguinidad”, explica López que agradece a las Administraciones los medios y la comprensión pero insisten en que debe haber más batidas “para controlar a los jabalíes, al menos en noviembre antes de la Mochila”. “Una actividad ancestral que está en nuestros genes” Para ser cazador hay que amar a la naturaleza. En eso coinciden todos los que ayer acudieron a la cita en García Aldave. Y en que, como quiso dejar claro el presidente de la Sociedad de Cazadores de Ceuta, Antonio López, para mantener a los animales hay que consumirlos y la caza es la forma más natural que existe para capturarlos. ¿Lo mejor de la caza? Paco Campos dice que es algo “ancestral que el hombre lleva en los genes”, para otros “escuchar a los perros como siguen el rastro y persiguen a los animales es muy entretenido y estar en contacto puro con la naturaleza es lo mejor que hay”. Entre podencos y sabuesos, los cazadores siguen rastros y disfrutan de cada paso que dan en el campo siendo conscientes de que “alguien que mata por ejemplo a una hembra con crías no es un cazador, es un salvaje”. López, no consigue la vida sin la caza. “Todos somos hombres de campo, amantes del monte y de la naturaleza y eso nos une”. Pero saben que las críticas siempre están ahí aunque invitarían a todos a hablar con ellos para que les explicaran su amor por la naturaleza. Ya lo dice el dicho: “Guerra, caza y amores, por un placer mil dolores”, pero saben a lo que se exponen y pocas cosas hay, que les hagan sentir tan bien como cazando. Las piezas abatidas, posteriormente fueron trasladadas a Obimasa donde se les realizó el control sanitario antes de llevarlas al matadero y repartir la carne entre todos los participantes. Hoy se reúnen para tratar un proyecto para controlar a los perros abandonados Las doce es la hora prevista en que los cazadores se reunirán con la Administración para tratar el tema de los perros salvajes, ya que la Sociedad colabora con Sanidad Animal y Medio Ambiente para controlar la población de estos animales. “Ya se han cogido varios en la 5ª Bandera y en los alrededores de la planta de residuos”, recuerda Antonio López. Hoy, los cazadores aportarán su punto de vista para dar solución al problema. Se trataría de adquirir unos cepos “que en ningún momento dañan al animal así como unas jaulas trampa económicas y que tampoco producen daño alguno”. Los cepos se colocarían en lugares que no fueran accesibles para las personas, están aprobados por la UE y capturarían a los perros por una pata que no se dañaría al existir un control de la presión que ejerciera el lazo sobre ella. En último caso, propondrán ademásla reducción selectiva de ejemplares puntuales como última solución, siempre y cuando se lleve a cabo un informe sobre el animal en cuestión. Hoy se resolverá la cuestión.