Quién en Ceuta no ha recorrido alguna vez los caminos que rodean el parque de San Amaro, quién no se ha quedado un rato viendo los ciervos, quién.
Es esa una de las asignaturas pendientes que quedaron tras la remodelación del parque, cuyas obras han durado dos años en su primera fase.
Ahora, y desde mediados de noviembre, sesenta trabajadores que provienen del Plan de Empleo y del Plan de Inserción trabajan en abrir esos caminos. El cálculo que hace Nuria Blanco, la ingeniera técnica que dirige el proyecto, es que en aproximadamente dos meses se podrán abrir al público 1.400 metros de sendero. Muchos de ellos ya están utilizables, pero falta aún conseguir la unión definitiva con una de las partes.
Son 200 metros en los que es necesario salvar un importante desnivel. “Para sostener la tierra, se pondrán paredes de hormigón. En el suelo usaremos albero reforzado con cal; así se refuerza contra la lluvia, y se consigue un material que se asimila a la tierra”, explica Blanco. “Al fin y al cabo, la persona quiere ver campo”, añade la técnica de la Consejería de Economía y Empleo. Además, “se diferencias las diferentes actuaciones si se usa diferente material”, concluye.
A partir de ahora el mantenimiento del parque pasa a depender de esta Consejería. La tarea se está haciendo precisamente con personal de los planes de Empleo y de Inserción.
El trabajo que más camino abrirá será el acondicionamiento de los senderos de hormigón prensado que se construyeron hace alrededor de diez año. Un total de 800 metros que, si bien presenta buenas condiciones, estaban impracticables por el tiempo que la vegetación ha crecido sin control. “Es un camino ancho, y había partes en las que se podía andar por el lado exterior, el más cercano al desnivel. Ahora ya hemos quitado en torno al 70% de la distancia”, explica Nuria Blanco. Los operarios trabajan ‘atacando’ el sendero por ambos lados.
Cuando el camino de albero, que consistirá en unos 200 metros, se construya, podrá unirse al de hormigón prensado y creará una alternativa de paseo con casi continuas vistas al paisaje de Ceuta. Esta es una tarea que será de las más laboriosas, pues es necesario recuperar las bocas de agua que, en caso de incendio, podrán usar los bomberos.
Por último, los trabajadores se dedicarán a una tercera parte. Se trata de unos 400 metros de terrizo que ya han sido limpiados de vegetación y maleza, pero donde el peligro del desnivel es patente. “Al menos, en la zona del hormigón hay una arqueta, algo psicológico. Aquí nada”, cuenta Blanco. Por eso, la decisión que se ha tomado es la de instalar una barandilla que proteja físicamente una posible caída de muy malas consecuencias. Al fin y al cabo, el parque entero se ha hecho con vistas al juego.
Después de los caminos, el objetivo es habilitar el mirador del parque, pero con puerta y con una persona que la vigile para evitar destrozos.