Los cambios de moneda política La inmigración, adulta e infantil, constituye un asunto que ningún partido con cuota de poder y gobierno ha conseguido tratar de la forma esperada. Lo que hoy tenemos es el resultado de respuestas adoptadas a golpe de impacto y presión, respuestas que tienen mucho que ver con el clima de rechazo social que se vive hoy. PP y PSOE nos dan un claro ejemplo de políticas fracasadas en las que, además, se juega de forma insultante y vergonzosa con el ciudadano.
Conocemos así que el PSOE aún no tiene un criterio claro en cuanto a la política migratoria que piensa adoptar. Fueron rápidos a la hora de anunciar que terminarían con las concertinas y las devoluciones en caliente. Hoy en cambio ni siquiera saben cómo defender ese postureo, hasta el punto de hacer suyos los mismos criterios que defendió en su día al PP a riesgo de traicionar sus propios principios.
Han sucumbido a una realidad que ni saben controlar ni tienen la valentía y el firme criterio para hacerlo, así que nos topamos con las mismas directrices que hasta el momento primaban. Si le damos la vuelta a la tortilla la situación no cambia.
El PP tiene el arrojo de exigir al PSOE que clarifique su política migratoria e incluso, a nivel de MENA, instan al Gobierno a mantener una comunicación fluida con Marruecos para que esos niños estén en su país de origen. A los populares les sigue fallando la memoria y la debida reflexión, ya que cabría preguntarles si ellos han hecho algo durante su periodo de gobierno en este ámbito.
Cuando las tornas cambian, unos y otros varían sus posturas... esto es solo una farsa
Al margen de enturbiar las relaciones con el vecino país y adoptar decisiones años atrás que llevaron al inicio de procedimientos judiciales, espero que el PP me diga qué han hecho ellos para solucionar el fenómeno de los MENA, para conseguir esas reagrupaciones de niños con sus padres, para avanzar en una política responsable. A no ser que llamen ser responsable a tener a los niños en un centro perdido en el Hacho hasta que vieron las orejas al lobo y se toparon con una amenaza de denuncia en toda regla... quizá eso sea ser responsable, no me extraña. No se puede venir ahora exigiendo lo que uno no ha hecho.
Cuando el gobierno pasa a ser oposición y a la inversa, unos y otros son capaces de todo, hasta de perder la memoria y traicionar sus propios principios. Al resto solo nos queda la posibilidad de cierta crítica y la absoluta certeza de que esto es una farsa. Bien montada pero una auténtica farsa.