El Cuerpo de Bomberos ha sido reconocido por su labor pues su profesionalidad ha quedado más que demostrada ante esa auténtica pesadilla vivida el pasado fin de semana en García Aldave. Desde el minuto uno lo dieron todo para estar donde debían, movilizándose todos los componentes estuvieran o no de servicio. Ellos son algo más que compañeros, son una auténtica familia, una piña que siempre marcha unida. Son dignos de admiración. Ayer era momento de felicitaciones, aunque en el fondo no las necesiten. Ellos saben que lo hicieron de matrícula y muchos ciudadanos lo han reconocido en redes sociales, mostrándoles su afecto, respeto y consideración. El Faro ha querido estar con ellos para trasladar ese lado humano que quizá se nos haya escapado en esta locura informativa que supuso informar de todo lo que acontecía. Conocer cómo ese niño le pedía a su padre que no se marchara o saber las heridas sufridas por algunos compañeros que no descansaron durante horas y que tienen en sus carnes las marcas de haber estado allí, luchando contra el fuego. La gran familia de los Bomberos constituye un auténtico bloque que peleó como sabe por evitar una desgracia mayor. Y lo lograron, obteniendo hasta el reconocimiento de la UME. Durante 48 horas, sin parar, haciendo frente a una situación que les desbordaba, los Bomberos han estado al pie del cañón evitando que las consecuencias de esta situación se erigieran en una auténtica tragedia. El respeto y admiración que siempre ha tenido este Cuerpo se hace más evidente en situaciones críticas como la vivida en estas últimas 48 horas. Con los medios de que disponían, con todos los hombres disponibles han demostrado no solo su conocimiento y profesionalidad, sino su entrega al máximo cuando las situaciones críticas y radicales ponen en el extremo a toda la ciudadanía.