Las escenas de desborde se han sucedido constantemente durante este fin de semana en el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Ceuta. El fuego que se declaró a las 14.00 de este sábado obligó al Cuerpo a trabajar más de doce horas seguidas bajo mínimos al enfrentarse a un escenario de proporciones: fueron decenas de efectivos de permiso quienes se personaron en el Parque dispuesto a colaborar.
La situación no mejoró este domingo, cuando a las 17.00 varias dotaciones salieron al monte para colaborar con el retén en dos focos, el de la 'curva de la viuda' y el de Cabrerizas Altas, este último descontrolado de nuevo a pesar de las labores de extinción en las que de madrugada colaboró la Unidad Militar de Emergencias (UME).
"Necesitaríamos tres parques como este". Un total de 46 bomberos han estado trabajando ininterrumpidamente desde que se declaró el incendio el sábado. Durante la madrugada, tras las doce horas trabajadas, el turno de guardia pernoctó junto a otros ocho bomberos que se habían quedado en el Parque de forma voluntaria, en apoyo a sus compañeros.
En esa madrugada, la del sábado al domingo, la UME relevó a los bomberos de Ceuta para asumir los trabajos de extinción de incendios. A media mañana del domingo, la Ciudad Autónoma anunció que los militares abandonaban la ciudad, y lo hacía felicitando el trabajo de los efectivos locales. "Nosotros le entregamos el incendio controlado y perimetrado a la UME", zanjan los bomberos.
"Sigo llamando a más personal"
La tranquilidad duró poco. El viento levantó de nuevo un foco, el de las Cabrerizas, que la Ciudad ha confirmado que es ajeno a los fuegos del sábado. Durante la tarde de este domingo la centralita del Servicio no paró de sonar. Los bomberos que llegaban al Parque en su vehículo se aprovisionaban como podían, se vestían, cogían todo el material que podían y preparaban el vehículo. Aun tenían tiempo para ayudar a sus compañeros a los teléfonos. Ya había en marcha tres dotaciones a las que se les iban a sumar los refuerzos.
Nuevamente, los gritos a través de la radio dibujaban un escenario en el que la situación fue realmente complicada para los profesionales de emergencia. "A través de la radio oía a mis compañeros y desde luego lo que escuché, las voces en la radio... era complicado", señalan desde la centralita del Parque.
“Agua aquí, por favor!”, gritaba desesperado uno de los agentes. Su voz desesperada se escuchaba por el transmisor del compañero. Los rostros de preocupación eran visibles. Las llamas crecían, todos los bomberos estaban trabajando pero no podían contra ellas. Las apagaban y se resurgían. “Necesitamos agua, más”, gritaba otro. “Dónde está el agua, más, más”. FAROTV estuvo con ellos, tanto el sábado como el domingo, oyendo de primera mano esa desesperación, constatando su trabajo a pesar de que algunos decían que no habían llegado al lugar.
Estaban desbordados, cansados, superados por un fuego cebado con asolar García Aldave. Un auténtico desastre.
"Es normal que no se nos vean en algunas fotos: estábamos literalmente dentro del fuego"
Algunos bomberos han señalado a este periódico que jamás habían visto un fuego tan rápido como el incendio que ha asolado García Aldave este fin de semana. "Mis compañeros se han jugado la vida", recuerdan unos. "En ocasiones circulábamos por carretera y el fuego nos llegaba a adelantar. Una barbaridad".
Las causas, variadas: el excesivo calor, las altas temperaturas, el viento de poniente, el monte seco, hierba baja. "En otras ocasiones hemos tenido fuegos forestales que hemos controlado en seguida. Este ha sido una barbaridad". A pesar del cansancio, a pesar de haber estado asputando flemas negras, de tener los ojos rojos por el humo, de tener los rostros quemados por la ceniza, los bomberos de Ceuta no dudaron un segundo en volver a echarse al monte este domingo para apaciguar el fuego.
A pesar del cansancio, algunos bomberos todavía sacan humor para bromear. "Es normal que muchos no nos veamos en las fotos de algunos periódicos. Es que estábamos literalmente dentro del fuego". Y ponen en valor su trabajo: "Cuando el sábado llegamos a Cabrerizas había mucha crispación, los vecinos estaban de los nervios. Nos lanzamos directos a por el fuego. Lo conseguimos". Algunos vecinos, en llanto, se abalanzaron sobre los bomberos para agradecerles su labor.