Los abogados de los agentes de la Guardia Civil que en 2003 fueron detenidos por presunta prevaricación en la frontera del Tarajal en el transcurso de una operación llevada a cabo por Asuntos Internos se han unido en la presentación de un escrito con el que pretenden impugnar la valía de las escuchas telefónicas. Las mismas fueron claves para la detención de los seis agentes y dos civiles y sustentan toda la investigación que llevó a cabo la Benemérita. Ahora las defensas de todos ellos consideran que dichas escuchas no son válidas y argumentan que se está ante una presunta vulneración de los derechos fundamentales de sus clientes.
El escrito de impugnación cuenta con el aval de todos los abogados defensores y se sustenta no sólo en la vulneración de un derecho fundamental sino en los precedentes inmediatos en los que la justicia se ha posicionado entendiendo que dichas escuchas no eran legales.
Dos casos con relevancia en Ceuta conforman esos precedentes. El más famoso, el que se produjo tras la Operación Transpor. Varios jóvenes acusados de narcotráfico quedaron en libertad al considerarse que las escuchas no eran válidas. La intervención del Cuerpo Nacional de Policía quedó desbaratada ya que el máximo órgano judicial en la ciudad, la Audiencia, no dio por válidas las escuchas que habían protagonizado por completo la investigación.
El segundo precedente: el más reciente, el fallo del Tribunal Supremo publicado por este medio que viene a ratificar la decisión adoptada por la Audiencia en otra sentencia relacionada con el decomiso de 66 kilos de hachís. Un decomiso que formó parte de una operación también de la Policía Nacional sustentada prácticamente en escuchas telefónicas. El Supremo las invalida, dejando sin efecto las posteriores actuaciones.
Con estos precedentes las defensas de los seis agentes de la Benemérita, que se enfrentan a delitos de cohecho y prevaricación al entender que los agentes cobraban dinero por permitir el paso hacia Ceuta de viajeros y mercancías de Marruecos sin control, prevén que se anulen las posteriores pruebas practicadas al considerar que están contaminadas. En esta causa el Ministerio Público acusa a un sargento y cinco cabos que en aquel momento estaban adscritos a la Compañía Fiscal del Instituto Armado. Los criterios de la Audiencia se extrapolan a otras ciudades La decisión mantenida por el tribunal de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta de anular la validez de las escuchas telefónicas se extrapola a otras ciudades. Tal es así que la jurisprudencia más reciente arroja casos de fallos absolutorios de personas detenidas por su presunta vinculación con delitos importantes, que, finalmente, han quedado en libertad al anularse la validez de esos pinchazos. El caso más cercano, por su similitud, al que ahora protagonizan estos agentes de la Benemérita se dio en Melilla, en 2006. Hubo varios agentes de la Benemérita que fueron condenados por, presuntamente, facilitar la entrada de inmigrantes por el paso e Farhana previo pago de una cantidad. En Melilla fueron condenados pero después el TS anuló dicha condena. A los guardias se les acusaba de formar un grupo que se dedicaba a facilitar la entrada de inmigrantes. Las detenciones fueron posible gracias a una serie de escuchas telefónicas legalmente obtenidas por la Guardia Civil. El Supremo entendió que las condenas vulneraron el derecho a la presunción de inocencia de los agentes y consideró que no podían usarse como prueba. Al margen de la presentación, en Ceuta, del escrito para impugnar las escuchas algunos de los abogados van a intentar que se invaliden al considerar que se ha perdido la cadena de custodia en el traslado de las cintas entre juzgados. Algunos datos: Unión
Los abogados han decidido unirse en la presentación de un escrito para impugnar la validez de las escuchas telefónicas.
Validez
De no resultar válidas las escuchas telefónicas tampoco valen las posteriores actuaciones llevadas a cabo a raíz de esta prueba, ya que el origen está contaminado.
Órgano judicial
Es la Audiencia Provincial la que tiene que enjuiciar este caso y la vista se fijará con toda probabilidad para este mismo año. Historias claves en torno a este caso: os antecedentes
Escuchas contra seis guardias civiles
El Ministerio Fiscal solicitaba penas de cuatro años de cárcel para seis guardias civiles acusados de ‘poner la mano’ en la frontera a cambio de permitir el paso de vehículos y personas. Los hechos se remontan a 2003 cuando la Benemérita investigó los presuntos comportamientos irregulares en la frontera del Tarajal presuntamente protagonizados por agentes del Cuerpo y tres civiles. Al objeto de validar estas informaciones y previa autorización judicial practicaron cuantiosas escuchas telefónicas, grabaron videos y efectuaron seguimientos a los sospechosos. Aquello dio lugar a la detención, a finales de 2003, de los seis guardias civiles y un séptimo que no se sentó en el banquillo al quedar sobreseida la causa al haber sido condenado por estos hechos. El Tribunal supremo declara nulas las escuchas
Ratificaba la sentencia de la Audiencia Provincial
El Tribunal Supremo ha declarado nulas las escuchas telefónicas ratificando la sentencia de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Cádiz en torno a un caso de narcotráfico al entender que el auto no estaba suficientemente razonado. Esto supuso la absolución de tres de los cuatro acusados de participar en una operación de tráfico de hachís, ya que la investigación policial partió de unas intervenciones telefónicas que el tribunal ceutí entendió como inválidas. La resolución del Tribunal Supremo es la primera de las confirmaciones que llega a Ceuta de sentencias dictadas por la Audiencia en las que invalida las escuchas. Este criterio pesa también en la impugnación presentada por los abogados en este caso de los guardias. operación transpor
Se absuelve a doce personas
La absolución de acusados por declarar nulas las escuchas telefónicas tuvo su antecedente en el caso en la ‘operación Transpor’. Al no considerarlas válidas se absolvía a doce personas acusadas de participar en un pase de droga de más de 1.500 kilos de hachís que fue interceptado en una playa de Estepona por la Policía. El malestar existente entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ante el hecho de que las escuchas puedan no ser consideradas por un tribunal como prueba, no hace variar el criterio de los jueces que insisten, por otra parte, en la necesidad de encontrar otras vías alternativas para conseguir la condena de los imputados. las escuchas, de nuevo protagonistas
La defensa de acusados no las consideran válidas
Las escuchas telefónicas vuelven a ser, de nuevo, protagonistas en juicio, en este caso en el de los seis guardias civiles acusados de cohecho en el Tarajal. La defensa de los acusados considera que la obtención de estas pruebas no es válida al prevalecer el derecho constitucional de los acusados. Si bien las escuchas telefónicas fundamentan buena parte de la investigación, existen otras acciones policiales tales como la grabación de videos en las que aparecen los agentes en el paso fronterizo, o el reconocimiento que algunas víctimas de estos cobros realizaron de los agentes. Se efectuaron además reconocimientos en ruedas desarrolladas con la participación de varios agentes de la Benemérita. El Instituto Armado encuentra más de cien kilos de hachís en el perímetro fronterizo Agentes de la Guardia Civil se hicieron en la noche de ayer con un alijo de algo más de cien kilos de hachís que fueron interceptados en el perímetro fronterizo, en la zona bravo. La droga se pasó por la reja momento en el que fue detectada por los agentes que patrullan en los más de ocho kilómetros que conforman la línea perimetral. En el momento de la llegada de las patrullas los individuos que se afanaban en la introducción del haschís escaparon por zona marroquí sin que se consiguiera su arresto.
Los fardos fueron decomisados por los agentes y retirados del perímetro. El servicio de ayer noche, que se efectuó pasadas las once, se suma a otros similares que de forma aleatoria se han llevado a cabo en el perímetro. Al igual que los inmigrantes pretenden su entrada en la ciudad de forma clandestina pasando la valla, también grupos organizados buscan la introducción del hachís por zonas que se consideran sensibles dentro del perímetro. El destino de esta droga es su ocultación en el barrio del Príncipe para su posterior distribución.