A Lorena la conocemos desde que era una niña. Sus padres, desde que era muy pequeña la llevaban al Caballa. Lorena nació un 17 de abril de 1991. Curiosamente ese día Nirvana estrenó la canción "Smells like teen spirit". Esa sin duda es la canción de culto de NIrvana, que viene a significar más o menos "huele como a espíritu adolescente". Pues bien, casualidades de la vida, el equipo que ayer luchó por la máxima gloria olímpica huele así, a la fuerza y la audacia que conceden esos años. Yo decía que Lorena es de fuego y oro porque el fuego la acompaña como signo Aries, de fuego que es, y de oro porque esta generación de waterpolistas es ya de oro. Por ser campeonas del mundo junior y porque sólo a la "gente de oro" les está reservado el llegar a una final olímpica. Lorena ya ha escrito su nombre entre las leyendas olímpicas, con solo 21 años estuvo en su primera final olímpica. No cabe mayor gloria deportiva. A sus padres les debe la entrega, el acierto en las decisiones que han ido tomando, el cariño que supuran por todos los polos de la piel. A su club,el haberla puesto en el camino, que no es poco, y a ella misma todo lo demás. ¿Cuál es la formula mágica para lograr este "producto"? Pues muy difícil de saber, sino que se lo pregunten a nuestro otro olímpico, al que sólo le ha faltado esa pizca de suerte que hace de la pócima la fórmula mágica, esa que las "guerreras" del waterpolo ya han logrado. Lorena de fuego y oro, como los colores de la bandera nacional, esa que a buen seguro nos emocionará a todos. Lorena y sus compañeras de equipo anoche nos emocionaron. Nuestro corazón, el de todos los caballas fue de fuego durante el partido y de oro al final. Gracias Lorena.