Forma parte de la identidad de yankilandia, elemento reflejado hasta la saciedad en cine y televisión, esa obsesión por la palabra “looser”, que tiene la faceta positiva de inculcar desde la más tierna infancia la cultura del esfuerzo, pero que a su vez supone eso de llamarse y, sobre todo, llamar “perdedor” al prójimo, como si la vida fuese tan sencilla y maniquea como ser un ganador o un perdedor. Esta reflexión tan competitiva como simplista explica bastantes cosas de su sociedad y fundamenta la premisa de estos Thunderbolts, película que viene a romper con aquello que ya iba aburriendo al personal soberanamente. Precisamente, se trata de cambiar la óptica del superhéroe marvelita con un grupo de antihéroes que vienen a llenar un enorme vacío en su sociedad (y en el espectador), que aún no se ha recuperado de la desaparición de Los Vengadores tras los acontecimientos apocalípticos de Vengadores: Endgame, que dejó el universo de Marvel como un solar.
La cinta de Jake Schreier viene a airear con un buen toque de originalidad, manufactura con oficio e interpretaciones convincentes, las habitaciones de la compañía con la puesta en primer plano de acción de estos loosers que llenen un vacío y transmitan la importante idea de “no estás solo” ante la amenaza. Los personajes son secundarios de medio pelo, antihéroes o sicarios redimidos que deciden formar un equipo para sobrevivir primero, y luchar entre flashes y aplausos finalmente contra los villanos que no difieren mucho de sus personalidades del pasado más cercano.
Este planteamiento y forma de reciclar a personajes de segunda línea se antoja de una tacada lo mejor de la cinta, aplaudido por especialistas del género y espectadores en general, y a la vez también una oportunidad perdida; si la propuesta hubiese tenido el tino de ser más fiel al cómic original, en el que un grupo de villanos en toda regla aprovechaba la desaparición de Vengadores y 4 Fantásticos en la popular saga de Onslaught, para jugar con la esperanza y convertirse en ídolos haciéndose pasar por héroes. Estos acontecimientos conllevaron algunos cambios de parecer, otras tantas reflexiones sobre la redención, también algún malo irredento empedernido, disensiones y una pizca de remordimiento; todo ello aderezado con grandes dosis de humor, que aportó (allá por finales de los 90) el toque diferencial de frescura en su momento, en el que el lector, en similitud con el espectador hoy, comenzaba a dar señales de hastío ante tanta saga apocalíptica.
Esta película pues, no está diseñada para la búsqueda de la aprobación de los muchos seguidores de los miembros del equipo sacados de las ilustraciones del rompedor cómic, y no tendrá el impacto que tuvo el mismo, pero supone una declaración de intenciones por parte de Marvel para renacer de los estragos que hicieron ellos mismos contando hace unos años la esperada madre de todas las batallas con la firma de Anthony y Joe Russo. Descubrirán cerca de su final el porqué del asterisco en el título de la película y, como viene siendo tradición, atención a las escenas post créditos con cliffhanger sobre lo que vendrá con inminencia. Y en ese futuro de la franquicia, los Thunderbolts prometen tener mayores cotas de protagonismo de lo que parecía en un principio…
Puntuación: 5
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La ficha
Dirección: Jake Schreier.
Año: 2025.
País: USA.
Duración: 126 min.
Género: Fantástico. Ciencia- ficción. Acción. Cómics. Superhéroes. Marvel.
Intérpretes: Florence Pugh, Wyatt Russell, Harrison Ford, David Harbour, Olga Kurylenko, Ayo Edebiri, Sebastian Stan, Steven Yeun, Julia Louis-Dreyfus, Hannah John-Kamen.
Guion: Eric Pearson, Joanna Calo (baso en el comic de Kurt Busiek y Mark Bagley).
Música: Son Lux.
Fotografía: Andrew Droz Palermo.
Productora: Marvel Studios. Distribuidora: Walt Disney Pictures.
Estreno en España: 30 abril de 2025.