‘Lolo’, el legionario más mimado

Lolo es la mascota del Tercio Segundo Duque de Alba. Y no, no se trata de una cabra, sino de un carnero. ¿Por qué? "Aquí nos vamos buscando la vida para ir a relevar al animal cada vez que vemos que empieza a tener una cierta edad.

Lo tratamos con suavidad, y para nada forzamos. Generalmente, mientras estamos de maniobras entablamos contacto con alguien que tiene ovejas, o cabras, y de ahí lo sacamos", explica el cabo Hermida, que lleva más de ocho años como caballero legionario en la escuadra de gastadores.
Son precisamente Reina y Hermida quienes se sitúan al mando de las dos escuadras de siete 'lejías' de gastadores cuyo cometido es preocuparse de que las mascotas de la Legión se encuentren bien cuidadas. En total, dieciséis personas para el bienestar de dos ovinos; Lolo, el carnero y mascota 'oficial', y Kifuni, un borrego que está llamado a ser el aprendiz. "Buf, no veas cómo desfila ya"... y eso que sólo tiene un año.
Sobre el papel, cuidar de 'Lolo' es una tarea más. Se reparten los cuadrantes, y dos legionarios son los responsables cada semana de que todo marche correctamente. Una vez uno pide entrar en la Legión, no elige ser un gastador. Aunque a todos les termina gustando. “Aunque al principio no te guste mucho, al final le coges cariño al animal”, asegura el cabo Hermida. Ejemplo de ello es la cantidad de tiempo extra que le dedican a Lolo y a Kifuni. "Por la mañana tenemos instrucción, como todos, aunque también dediquemos tiempo al carnero. Pero muchas veces vienes a la tarde para cerciorarte de que está bien", explica Reina.
A veces, eso significa simplemente ver que tienen suficiente comida. Entre los dos, consumen unos 50 kilos de pienso al mes. De agua... “lo que quieran, porque tienen el bebedero y no hay límite”, aclaran los encargados de la mascota.
El nivel de seguridad es extremo. En un cuerpo en el que destaca la camaradería, las bromas, y los reclutas jóvenes, es bueno mantener a la mascota a salvo, como aclara el cabo Reina: “Sólo quienes la cuidamos tenemos llave para acceder a su habitación, en ese aspectos somos muy estrictos”. También son estrictos a la hora de transportar a ‘Lolo’, que no hace otra cosa que desfilar. “Ya tenemos asumido que los gastadores somos 'la cara pública' de la Legión, ya que vamos a todos los desfiles”, dice el cabo Reina porque ellos guardan también el Cristo de la Buena Muerte, el que llega hasta Almería y del que toda la mañana del viernes están pendientes, por si llueve.
Aquí o en la China, el Tercio Duque de Alba desfilará siempre con Lolo por delante, que se ha convertido en todo un veterano de los desfiles. “Es un carnero, y no se le pueden enseñar grandes trucos. Basta con que ande y no se pare por cualquier cosa, lo que es difícil”, confiesa Hermida. Eso sí, el truco es el del burro y la zanahoria, pero con pienso. "”Hay días en los que no está de humor, pero tiene que salir. Enseguida va detrás de ti si ve que llevas un puñado de pienso”, añade. Algo que pocas veces hay que usar con la mascota asidua a los desfiles. Y hoy, como en todos los actos en que se celebra el aniversario de la Legión (tal y como dejó mandado el fundador de este cuerpo), Lolo volverá a pasear. Y no sólo en Ceuta, en principio (“hasta que la orden llegue, nunca se sabe”), el carnero recorrerá las calles de Madrid el próximo 12 de octubre. “Estamos loquitos con la Hispanidad. Cada año le toca a un tercio... y esta vez lo más seguro que seamos nosotros”.

• Un vehículo especialmente dedicado al transporte de la mascota: Las escuadras de gastadores se encargan no sólo de las atenciones a la mascota de la Legión, sino también del cuidado del Cristo de la Buena Muerte, el mismo que desfila a sus hombros todos los años en la Semana Santa Malagueña. Y, cuando desfila el Tercio II Duque de Alba, la mascota debe hacerlo también, siempre guiado por alguien de quienes se encargan de su cuidado. Por eso, y teniendo en cuenta que afronta grandes desplazamientos, en el acuartelamiento García Aldave disponen de un vehículo especialmente acondicionado para el transporte de Lolo o Kifuni, cuando en un futuro le toque. “Es una furgoneta en la que va ella detrás. Uno conduce, y luego otro de nosotros se sitúa detrás, acompañando al animal, para comprobar que todo está bien”.